5. Mi autorización

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—Holly, ven acá... —Su hijo le obedece y él engancha el collar a la tira de la correa para volver a su casa—. ¿Viste que no se puede confiar en los genios que prometen cumplir deseos?

—En mi defensa, realmente creí que me pedirías hacer el amor luego del baile.

—Llegas tarde, SeokJin —amonestó YoonGi, dándole la espalda todavía—. ¿Y qué si no lo hicimos? Hay tiempo.

Mentira, no lo había. Yoongi pretendía que sí; Seokjin, también.

—Hola Holly bebé —Seokjin olvidó la amenazante fecha de caducidad de su reciente noviazgo y tomó al cachorro en sus brazos para apachurrarlo—. ¿Por qué eres una cosita tan dulce que quisiera comerte?

—Es por ser Min, generamos ese efecto.

—Lo sé, te tragaría completito si te dejaras —Un señor pasó por su lado y los vio con expresión cautelosa, Seokjin bufó.

—¿Por qué no dejas de decir idioteces y me cuentas qué tal tu primera impresión de la facultad? Dicen que es intimidante.

Seokjin había viajado para ver la residencia en la que viviría cuando se fuera a estudiar su carrera universitaria. Le propuso ir juntos, pero Yoongi se negó.

Charlaron sobre ello hasta que se hizo tarde, llegada la noche volvieron a la casa Min y esta vez, Seokjin se quedó a cenar. Los señores Min fueron amables al recibirlo y, como todos los padres, dijeron alguna que otra cosa que avergonzó a su hijo, aunque sin malicia. A la hora del postre, los dejaron solos.

—Tu mamá sabe de lo nuestro —No fue realmente una pregunta.

Yoongi lo besó. Seokjin le metió la lengua a la menor oportunidad y saboreó el dulce.

—Sí, hasta tuve una conversación embarazosa de cuidados íntimos.

—Ajá —Siguieron besándose, aunque no iban más allá—. ¿Y qué hay de tu padre?

—No quiero decirle todavía que me gustan los chicos. Sospecho que lo sabe, una vez nos vio a Jimin y a mí saliendo de la ducha juntos cuando creímos que no llegarían tempranos.

Seokjin intentó que no le molestara lo de Jimin. O por lo menos, no portarse como idiota al respecto.

—Creo que es tarde, ¿nos vemos mañana?

Como eran vacaciones ya, bien podían encontrarse cada que quisieran. Yoongi, por supuesto, que aprovechaba esto al máximo.

—¿Quieres saber cuál es mi deseo verdadero? —Cuando el otro hizo un sonidito de impaciencia, Yoongi se rio y se puso de pie—. Ven, vamos al cuarto.

—¿Podemos? —No es que Seokjin fuera a negarse, pero quería respetar la casa Min.

—Sí, mientras mi asterisco siga intacto, no habrá problemas.

Entraron a la habitación de Yoongi y Seokjin se rio de algunos adornos de Kumamon que el chico tenía. Luego se entretuvo con las fotos que colgaban de una pizarra de corcho. Le sorprendió ya verse en algunas, y se puso feliz por estar presente en los recuerdos de su novio.

Yoongi lo abrazó por la espalda y suspiró algo triste enterrando el rostro en la ropa de Seokjin. Él miraba las fotografías de Seokjin sabiendo que luego las quitaría, que las escondería el tiempo que sea necesario para que no lo lastimen ni arruinen lo bonito.

Aigoo~ ¿Has visto qué hermoso salgo siempre en las fotografías?

Prefirió no darle la razón ante lo obvio.

—Quiero que durmamos juntos —Ese era todo el deseo de Yoongi—. Dormir —recalcó—, aunque te advierto que será incómodo en esta cama tan pequeña.

Seokjin se dio la vuelta y lo besó con ganas. Con todo de sí, porque sabía que el deseo de Yoongi era más de lo que parecía. Por eso, incluso si con sus labios no pudiera transmitir todo lo que significaba aceptar, querer, siguió presionando su boca sobre la otra. Hasta que cayeron juntos a la cama.

Porque los deseos eran insuficientes y escasos.

Dispuestos a dormir ya, Yoongi fue el primero en romper el silencio.

—Debes pensar que es una tontería lo que he pedido —Seokjin lo observó esperando a que siguiera—, pero es importante. ¿Sabes que los animales salvajes no duermen con otro así como así?

—Entiendo que nos comparas con especies feroces que se aman mucho y no se lastiman mientras duerme —concluyó Seokjin. Le peinó, pasando distraído los dedos por las hebras de cabello.

—Exacto. Debemos ser cautos con el amor ¿no crees? Hasta ahora nos hemos portado mal, aunque no es algo que podamos controlar —Seokjin oía simplemente, él de verdad estaba somnoliento; Yoongi parecía más que despierto.

—¿Qué hemos hecho mal?

—No te he pedido permiso. Digo, no te pregunté si te puedo querer tanto ¿captas? ¡Nadie hace eso ahora que lo pienso! —Tomó el rostro de Seokjin entre sus manos para que el otro prestara atención a sus palabras—. Nos tomamos el derecho a querer a otro sin siquiera ver la opinión del querido. Por eso haré las cosas bien. Kim Seokjin, ¿me dejas que te ame? Porque yo te autorizo a ello.

—Yoon, amor, cielo, bebé, corazón, por supuesto que sí. Tú no deberías ni preguntarme —Seokjin lo abrazó fuerte y besó las mejillas del chico haciendo ruido exagerado; logró que su novio ria contento antes de dejarlo ir para volver a recostarse—. Tienes pensamientos muy interesantes, no lo dudes. Pero prefiero oírlos cuando esté más despierto y capaz de seguirte el ritmo.

—Te amo, Seokjin —Yoongi no iba perder chance de decirlo en lo que le quedaba de tiempo.

Seokjin no respondió, pero ambos sabían que era mutuo.
















Nota:

Tal vez suba un capítulo más en un rato, no sé.

No queda mucho para el final, creo que lo dije igual jaja pero bueh mi humor es divino por no ir a clases y dormir cuanto quise.

:)


Absurdo [JinYoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora