06

569 50 0
                                    

Sentía que gritaría de la emoción, se quedó viendo como tonta ante el número de la rubia, no espero más y llamó a su amiga

¿diga? —se escuchó la voz somnolienta de Nayeon

—Nayeon.... estoy... estoy emocionada —no quería gritar porque sabía que Nayeon le regañaria

¿por qué? — preguntó con una sonrisa, sabía que Lisa cuando estaba emocionada gritaba y reían cual loca, y agradeció que no lo hiciera en ese momento.

— Chaeyoung... mi Chaeyoung me dio su número de teléfono — comenzó a reír bajito como una loca.

vale, vale — realmente amaba cuando su amiga estaba feliz, porque con la presión de su padre no le permitía. Eso se lo había dejado claro cuando le hizo terminar con aquella castaña de ojos felinos— ¿a que paso iras con ella? —

al lento no quiero asustarla — una pequeña risita se le escapo.

Y así se pasaron la noche hablando, bueno Lisa porque Nayeon se quedó dormida en el intento.

°°°°°

Parece que haberse desvelado había sido muy mala idea, sentía sus párpados pesar demasiado, sus ojeras pronunciadas hacían acto de presencia.

Se paró frente a la cafetería, respiró hondo y entró, llevaba una gorra negra para ocultar su cara de espanto, caminó hacia su respectiva mesa.

— ¿lo mismo? — no era necesario verla para saber de quien se trataba

Lisa solamente asintió sin levantar la mirada. Chaeyoung se sintió rara, normalmente le sonreía y le diría que si entonces ella iria a preparará su pedido y después se quedaría un rato viéndola como boba para después entregarle su orden y nuevamente quedarse observándola. Era su bonita rutina.

Para Chaeyoung solo la presencia de Lisa resaltaba en toda la cafetería. Era tan elegante pero también masculina. Sus pantalones nunca sería apretados.

Pero ahora viéndola ahí con la gorra y la cabeza viendo hacia abajo. Se notaba una aura rara.

— tenga, disfrute su comida — nuevamente no la vio

Llegó a la cocina y suspiró, aveces sentía que en lugar de avanzar un paso retrocedía 5 hacia atrás.

—¿que ocurre Chae? — preguntó su jefa

— nada, Jennie — volvió a suspirar, ambas recostadas en la barra de pago

°°°°°

Estaba super concentrada en el trabajo que tenía que entregar antes de las 9:00 de la noche, su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo. El nombre de su madre estaba ahí.

—¿madre? — que su madre le llamara era algo super raro

cariño, necesito que estés en casa a las 6:00, tenemos una cena — cuando le pedían que fuera a casa a cenar siempre era para hablar sobre negocios o sobre que tendría que socializar con su prometido

— madre, estoy ocupada. Tengo mucho trabajo — realmente no quería ir a esa cena porque seguramente  estaría su prometido allí 

por favor ven, te lo suplico — mentiría si dijera que su punto débil no era su madre, así que al final terminó accediendo.

TE AMO «CHAELISA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora