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Su día corría como de costumbre, no había nada de cambio a excepción de una cosa: Lisa llevaba 3 días sin ir al café pero lo más raro es que si llegaba a traerle y le llevaba a casa, jugaba un rato con Eunha para luego irse. Tampoco se podía decir que era el trabajo de esta porque conocía el horario de Lisa.

La mañana estaba fría, pareciera que el invierno comenzaría, el cielo estaba en tono gris con un toque de azul oscuro.

La cafetería estaba vacía así que se sentó a observar el paisaje exterior cuando de pronto comenzó a llover, las gotas se resbalaban en el vidrio, una melodía se formaba afuera con el caer de las gotas.

Entonces supuso que si, que el trabajo tenía tan ocupada a Lisa, se sintió mal al percatarse que Lisa perdía tiempo en ir a recogerle e irle a dejar a casa.

En la noche que le llegaría a traer, le diría que ya no se molestase y que se dedicará a lo que le consumía el tiempo.

Todo el día estuvo con ese pensamiento en su pequeña cabecita rubia. Todo manejaba con bien.

Había un extraño ambiente en su jefa, como si que quisiera preguntar algo.

Esto se había notado así desde aquel día en que Lisa y Jennie se vieron, después de quedarse un rato viendole la cara a la contraria, comenzaron con los gestos raros y después unas raras palabras simples como un: "hola", "¿como has estado? " "adiós fue un gusto", quiso preguntarle a Jennie pero esta siempre le evadia el tema, lo mismo pasaba con Lisa, ella comenzaba a hablar sobre algunas acciones que se ejercían en su empresa.

La noche cayó y como algo rutinario, Lisa llegó a recogerle.

- Lisa - llamó

- ¿uhm? - su vista seguía el camino

- ya no necesita que llegues a traer para llevarme a casa - y ahí Lisa llevó sus ojos hacia su acompañante

- ¿qué ? - preguntó consternada

- eso, ya no necesito que lo hagas - tomó valor para soltarlo - así que no lo hagas más - y su vista regreso al frente
Ignorando el hecho de que el auto freno en una esquina.

- ¿por qué? - preguntó afligida - ¿te molesta? - claro que no le molestaba más bien se sentía protegida y eso le gustaba demasiado pero tenía miedo de ser una carga para la contraria. Y que después se aburriera y entonces que hacia ella con su corazóncito enamorado

Lisa estaba asustada, si la rubia decía que le molestaba, le quitaría todas las esperanzas de que fueran algo más

- por favor dime, ¿te molesta? - nuevamente preguntó, la rubia no sabia que responder

- si, si me molesta - y esa fue la gota que derramó el vaso, sin tan sólo hubiera sabido que dolor causó con esas palabras.

Una sonrisa nasal se hizo presente - yo... lo siento no lo sabia - el camino fue totalmente incómodo, quería llorar y luego reír por lo estúpida que había sido al ilusionarse de tal manera. Creyendo que su gusto era también compartido.

Por otra parte Chaeyoung quería llorar sentía que había perdido a alguien muy importante para si, odiando tanto a su inseguridad, odiando su respuesta en ese momento. Queriéndolo tomar por el rostro y decirle que no, que jamás se sentiría incomoda o molesta con la presencia de la castaña.

Sin darse cuenta llegaron a la casa de la rubia, Eunha salió corriendo recibiendo a ambas

- Lisa, quedará a jugar con Eunha - nuevamente ambas quisieron llorar

- no pequeña, tal vez otro día - le acarició la cabeza a la pequeña niña la cual estaba desilusionada por la situación

-oki, Euhna esperara a Lisa - y le besó en la mejilla, esta sonrió enternecido

TE AMO «CHAELISA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora