Born To Die //Binhwan//Adaptación

6: Pumped Up Kicks

Hanbin

La música estaba resonando fuertemente en el local y llevé mi mano hasta mi frente, irritado, con ganas de asesinar a Junhoe por tener esas asquerosas canciones a tan alto volumen.

A mi lado, Donghyuk se removía con un poco de ansiedad, su mano rozando mi rodilla, mirándome de forma insistente, pero yo no le prestaba atención.

Encendí un cigarrillo cuando un desconocido se sentó al frente de nosotros y nos preguntó por la mercancía. Donghyuk fue el único que habló, después de todo, sus padres eran quienes hacían los tratos, yo me encargaba más bien de servirle como un guardaespaldas.

Además, ese día, no sentía ganas de hablar.

Llevaba sin ver a Jinhwan por dos semanas luego de que su madre, esa vieja bruja, nos descubriera follando sobre su cama y me echara entre gritos desquiciados. Qué buena forma de celebrar su cumpleaños, ¿no?

Apenas tuve tiempo para agarrar mis cosas, vestirme y marcharme de allí con los chillidos de Jinhwan tratando de calmar a su madre, además de decirme en voz baja que trataría de contactarme apenas pudiera y no lo llamara.

Bufé, fastidiado. ¿Qué le importaba a esa vieja si su hijo era gay y le gustaba que le metieran una polla en el culo? Ni que el trasero fuera suyo.

Por supuesto, le hizo caso a Jinhwan. Así que en esas dos semanas no lo había llamado ni enviado un mensaje ni pasado a buscar luego de clases. Él tampoco lo había hecho, y no quería pensar que era porque decidió cortar toda relación conmigo, aunque fuera lo más probable. Después de todo, era un hijito de papá que le debía hacer caso en todo.

El sólo pensamiento de que Jinhwan ya no me buscara más hizo que algo dentro de mí ardiera, y lo más lógico sería descargarme con alguien, Donghyuk, probablemente, para sacar la rabia que sentía.

Pero no quería hacerlo. No hasta... hasta hablar una vez más con Jinhwan.

Ese mocoso de mierda se había metido profundamente en mi piel y ahora no podía quitármelo de la mente.

Ahora que lo veo en retrospectiva... lo mejor habría sido dejar nuestra relación hasta allí, no seguir adelante, olvidarnos el uno del otro, para evitar todo lo que vino después.

Jinhwan ha sido el único chico al que amé con una locura desesperante, pero también el único que tuvo el poder para hacerme todo el daño que quisiera, y me di cuenta de eso demasiado tarde.

El desconocido nos entregó el dinero para luego irse, y Donghyuk me dio mi parte, sin perder esa mirada de cachorro abandonado. Pensaba decirle que se fuera a su casa, sin embargo, en ese momento, mis ojos vieron a Jiwon entrando al local de Junhoe.

De forma automática, atraje a Donghyuk a mi regazo, tocándole el culo de forma descarada, y contento, el menor se arrebujó en mis brazos, feliz de que lo tomara en cuéntanos.

Jiwon se encontró con la escena, y poniendo una cara de disgusto, se acercó. No sabía qué hacía mi hermano allí, pero tenía que sacarlo de ese lugar inmediatamente. Ese no era el ambiente que quería para Jiwon.

—¿Qué quieres? —pregunté hoscamente.

Donghyuk se volteó, encontrándose con Jiwon, y le sonrió como un niño pequeño. De forma increíble, la expresión de mi hermano se suavizó al encontrarse con Donghyuk.

Locamente enamorado, esa era la única forma en la que podía definir a Jiwon.

Mi hermano volvió a mirarme, sacando un papel arrugado de su chaqueta.

—Jinhwan me pidió que te la entregara —dijo con voz monótona.

Miré a Jiwon sorprendido por haber accedido a entregarme eso cuando sabía que no aprobaba mi relación con Jinhwan, sin embargo, al ver su sonrisa malévola, supe que algo malo estaba por venir.

—Si quieres, puedo llevarle tu respuesta a Jinhwan —prosiguió de forma amable—. Después de todo, le prometí que sería su mensajero si me daba algo a cambio —apuntó a mi celular sobre la mesa—. Podrías revisar tus mensajes —se volteó hacia Donghyuk, ahora ignorándome por completo—. Oye, Donghyuk, ¿no quieres ir a tomar algo? Yo invito.

Donghyuk se puso de pie, sin dejar de sonreír, para luego tomar la mano de Jiwon. El menor adoraba que lo trataran como un niño pequeño mimado, y a mi hermano le encantaba tener su atención.

Si Donghyuk no estuviera metido tan en la mierda, aprobaría por completo que estuvieran juntos.

Pero no quería que Jiwon se involucrara con la familia de él. Los conocía demasiado bien para saber que era demasiado peligroso.

—¿Puedo tomar una cerveza? —preguntó Donghyuk mientras se iba con Jiwon.

—No, no, sólo una bebida, eres menor de edad y mañana tienes clase —regañó Jiwon cariñosamente.

Los ignoré por completo, tomando mi móvil, desbloqueándolo y encontrándome con un mensaje sin leer de mi hermano.

Era un vídeo.

Empecé a verlo.

Por supuesto, sabía lo que era. Jiwon me lo había jurado semanas atrás.

Jinhwan se la estaba chupando en los baños del colegio, de rodillas frente a su polla, con la cabeza subiendo y bajando.

Debía sacar el vídeo, pero no lo hice, lo seguí viendo.

—Ah... —era la clara voz de Jiwon—. Mhn... ya veo porque... le gustas tanto a... a mi hermano... ngh... Jinhwan...

Jinhwan se separó, la saliva escurriendo de sus labios, y miró directo a la cámara.

—Vete a la mierda, Kim Jiwon —gruñó antes de volver a abrir la boca.

Escuché la risotada de Jiwon antes de llevar su mano libre a los cabellos de Jinhwan, empujándolo más profundamente, el sonido de atragantamiento resonando en el baño.

—Anda, chúpamela como la zorrita que eres, Jinhwan —gruñó Jiwon.

Segundos después, Jiwon se corrió en la boca de Jinhwan, y el chiquillo lo tragó ante su orden.

El vídeo terminó.

Levanté la vista, encontrándome con la vacía mirada de mi hermano.

Sus ojos parecían decir claramente que si volvía a meterme con Donghyuk, él se metería sin dudarlo con Jinhwan.

Le sonreí fríamente.

Dejé el móvil sobre la mesa para luego abrir la pequeña carta de Jinhwan.

Mamá me quitó el móvil y ando con un guardaespaldas todo el puto día.

No he querido levantar sospechas, así que lamento no haberme podido contactar contigo. Ahora está un poco más relajada, así que saldré en la noche y nos encontraremos en nuestro pequeño refugio, Hanbin.

Necesito verte.

Te quiere, tu ángel.

Miré la hora y me puse de pie antes de partir al viejo remolque.

Me encargaría esa noche de dejar claro que Jinhwan me pertenecía por completo.