13: Born To Die

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Hoseok

Cuando tocaron la puerta del remolque, supe lo que había ocurrido.

No era necesario saber quién estaba fuera. No era necesario que me lo dijeran. Con sólo ese toque, yo ya sabía que Hanbin había muerto.

Porque de haber estado vivo, ese hijo de puta habría entrado como un rey, sonriendo con superioridad, listo para decirme que me había equivocado una vez más y debía chuparle la polla como castigo.

Y oh, Hanbin, yo feliz te habría hecho la mamada de tu vida si hubieras regresado esa noche.

Con las manos temblando, vistiendo sólo ropa interior y una tonta camisa de Pororo que te pertenecía, fui a abrir encontrándome con el rostro lleno de lágrimas de Jiwon.

—Lo siento —fue lo único que dijo, con la voz rota.

Lo miré, desviando sus ojos hacia la camioneta estacionada a unos pasos de él. La camioneta de Hanbin, donde habíamos follado tantas veces.

—¿Dónde está Hanbin? —le pregunté calmadamente.

Ahí lo vi, entonces: al niñato que no hizo más que traernos desgracias.

Donghyuk.

La rabia bulló en mí al verlo en el asiento del copiloto, acurrucado, mirándome.

—¿Dónde está? —volví a preguntar, ahora la dureza en mi voz.

Jiwon tomó mi hombro, pero no quería eso.

No quería su maldita compasión.

—Hanbin no está, Jinhwan —fue lo único que contestó.

Algo se quebró dentro de mí.

Lo empujé, diciéndole que se fuera al diablo, y Jiwon cayó al suelo. Pero no me detuve a verlo, sino que me dirigí hacia Donghyuk, abriendo la puerta del auto, agarrándolo de la chaqueta.

La chaqueta de Hanbin.

—¡Puta! —le grité asqueado—. ¡Es tu culpa, tu maldita culpa, zorra de porquería! —le di una bofetada, tirándolo al suelo, y volví a agarrarlo del abrigo—. ¡Tú lo mataste, mocoso asqueroso, perra necesitada!

Jiwon gritó algo en el momento exacto en el que le quité el abrigo a Donghyuk, que sólo lloraba en silencio.

Y vi las burdas ropas que vestía, ese babydoll femenino, de color blanco, que mostraba su torpe cuerpo adolescente.

Entonces, me di cuenta de algo muy importante.

Donghyuk no era más que un inocente niño de quince años que había sido lanzado a un mundo de adultos.

Que Donghyuk, ese mocoso que había querido a Hanbin para tener algo de atención, había sido condenado desde pequeño, sin poder decidir sobre él mismo.

Porque a diferencia de Hanbin, Donghyuk había crecido en ese mundo lleno de adultos, rodeado de unos padres que no lo querían, ansioso de tener un poco de atención y cariño sobre él. A diferencia de mí, Donghyuk nunca experimentó lo que era tener la vida asegurada, una comida al llegar a casa, padres que se preocuparan de que no te faltara nada.

Hanbin y yo nos condenamos por decisión propia, pero Kim Donghyuk había sido condenado por el resto.

Y tú te diste cuenta de eso, ¿no es así, Hanbin? Por eso quisiste salvarlo, entregarle algo de poder sobre sí mismo.

Sollocé.

—¡Váyanse! —les grité a Donghyuk y Jiwon—. ¡No quiero verlos más! ¡Váyanse!

Born To Die //Binhwan//AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora