Querido Quiron...

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Percy POV'S






Habíamos sido los primeros héroes en regresar vivos a la colina Mestiza desde Luke, así que todo el mundo nos trataba como si hubiéramos ganado algún reality show.

Según la tradición del campamento, nos colocamos coronas de laurel en el
gran festival organizado en nuestro honor, y después dirigimos una procesión hasta la hoguera, donde debíamos quemar los sudarios que nuestras cabañas habían confeccionado en nuestra ausencia.

La de Annabeth era tan bonita, una seda gris con lechuzas de plata bordadas, que le comenté que era una pena no enterrarla con ella.

Me dio un puñetazo y me dijo que cerrara el pico.

Como era hijo de Poseidón, no había nadie en mi cabaña, así que la de Ares se había ofrecido voluntaria para hacer la mía. A una sábana vieja le habían pintado una cenefa con caras sonrientes con los ojos en cruz, y la palabra PRINGADO bien grande en medio. Fue de lo mejor el quemarla

Mientras la cabaña de Apolo dirigía el coro y nos pasábamos sándwiches de galleta, malvaviscos y chocolate, me senté rodeado de mis antiguos compañeros de la cabaña de Hermes, los amigos de Annabeth de la cabaña de Atenea y los colegas sátiros de Grover, que estaban admirando la recién expedida licencia de buscador que le había concedido el Consejo de los Sabios Ungulados. El consejo había definido la actuación de Grover en la misión como « Valiente hasta la indigestión. Nada que hayamos visto hasta ahora le llega a la base de las pezuñas» .

Los únicos que no tenían ganas de fiesta eran Clarisse y sus hermanos de cabaña, cuyas miradas envenenadas me indicaban que jamás me perdonarían por haber avergonzado a su padre.

Por mí, bien. Ni siquiera el discurso de bienvenida de Dioniso iba a amargarme el ánimo.

-Sí, sí, vale, así que el mocoso no ha acabado matándose, y ahora se lo
tendrá aún más creído. Bien, pues hurra. Más anuncios: este sábado no habrá regatas de canoas...

Pero faltaba algo en aquella noche. Desde mi llegada había estado buscando silenciosamente aquella cabellera pelirroja, la cual yo había estado fallando en  encontrarla.

Sentía que le debía una disculpa, más que nada por el hecho de haberla dejado plantada en aquel entrenamiento juntos que yo mismo había sugerido.

Incluso quería disculparme por haberla dejado con Quiron sin haberle explicado lo que sucedia.

Me lleve una mano a la cabeza preocupado. ¿Será que no quería verme por ello?

No, de seguro y yo estaba exagerando las cosas, incluso tal vez lo único que dirá será algo como:

-Que Percy, es cosa del pasado superalo-

Y con ello me dirigiría una mirada seria y se alejaría de mi vista.

No quería aquello pero definitivamente quería verle, me conformaría incluso si solo me dirigía una mirada, con ello me conformaría.

Tome un largo suspiro, tenía que dejar a un lado mi pena para preguntar por ella.

Mire a Luke que se encontraba a unos metros alejado de mi, me disculpe con Annabeth y me acerque al rubio.

-Hey Luke, tio, ¿podéis hablar conmigo por un momento?- aleje la mirada un momento. Al parecer había interrumpido su coqueteó con aquella hija de Afrodita.

Luke me miró algo intrigado pero se disculpó con aquella chica y empezó a caminar hacia la fogata conmigo a un lado- ¿Que pasa Percy?

Tragué fuertemente, no sabia que responder exactamente, pero mi curiosidad de saber donde se encontraba la pelirroja era bastante.

La hija de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora