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Invoqué a Alejandra , quien apareció al instante de nombrarla. Alejandra era más reservada y tímida que el resto de su familia, si no es porque se parece tanto a los miembros de la familia Petsch diría que la adoptaron.

—Mira Juli, se me cayó uno de mis dientes— me mostró su dentadura pronunciadamente —Madelaine me dijo que si dormía con la boca abierta se me iba a meter una araña por ese hoyito ¿Eso es cierto?

—Claro que no dulzura, Madelaine lo dijo para asustarte— Alejandra le sacó la lengua a su hermana, Madelaine como la mujer adulta que es le sacó la lengua también—¿Colocaste tu diente bajo la almohada?

—Si, el hada de los dientes vino y me dejó dinero. Madelaine me dijo que el dinero que me deje el hada se lo debía dar a los hermanos mayores— miré a Madelaine con desaprobación.

—No tenía con que pagar la pizza— esa excusa no me es válida—. Ella también comió, que no se queje— Penélope no dijo nada, a ella no le parecía grave ese tipo de cosas.

Grave fue aquella vez que Madelaine se comió el pie de limón de Alejandra y la pequeña casi le quita un ojo a Madelaine con el tenedor, Penélope les gritó a ambas en ese idioma que nunca logré entender y se acabó la pelea, bastante agresiva que resultó ser la pacífica Alejandra, no le gusta que le hagan molestar y mi mejor amiga es experta en sacar de quicio a las personas. Terminaron abrazadas y diciéndose lo mucho que se querían, Madelaine ama a Alejandra, pero dice que necesita un poco de acción de pelea con su hermana para que su vida tenga sentido.

—Dulzura quiero que conozcas a Valentina, es una amiga— Clifford y Penélope se rieron, Penélope le golpeó el brazo como si hubieran oído el mejor chiste.

—Hola— saludó con la voz Alejandra al mismo tiempo que la saludaba con la mano.

—Hola Alejandra, que bonita eres— Valentina tenía cierta afinidad con los niños, no estuvo cohibida cuando conoció a Mari y tampoco lo está con Alejandra —¿Cuantos años tienes?

—Tengo seis y puedo ir al baño sola— respondió Alejandra muy orgullosa.

—Toda una mujer— murmuró Madelaine al otro lado de la mesa. Seguro estaba celosa de que Alejandra no le había prestado atención.

—Eso es excelente, oye ¿Conoces a Mariana?— ahora las dos parecían animadas, Valentina es toda una niña.

—¿La hermana de Juliana?—mi niña salvaje asintió con pequeña sonrisa—Ella va a la escuela conmigo, pero su mamá no deja que juguemos a las muñecas, le oí decir que no puede tener dos demonios en la vida de sus hijas— inocente Alejandra, que de seguro no sabe mucho sobre el significado de esas palabras.

—Eso es muy triste— Valentina hizo un lindo puchero—. Seguro que ya se le paso eso a la señorita Lupita ¿Podemos llevar a Alejandra a tú casa para que juegue con Mariana?— se dirigió mi con su puchero, Alejandra también puso sus ojos de gato esperando mi aprobación.

— Claro que si— ¿Cómo negarme a esto? Se ve tan linda manipulandome que no me importa.

—Gracias— me dio un beso en la mejilla, mejilla que quedó cosquillando segundos por el contacto que producían sus labios. Me estaba mareando,han sido demasiados besos hoy.

Si Valentina va a agradecerme con un beso en la mejilla por todo lo que haga espero poder tener la resistencia para no girar la cara y hacer que me bese, porque sus labios son muy suaves, y Dios ¿A quien intento engañar? Quería besarla en la isla, en aquella laguna donde me había sorprendido a mi misma por ese deseo absurdo de querer probar sus labios.

Mi Niña Salvaje (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora