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Una vez más llegamos al aeropuerto comercial de Palos Altos, con el mejor humor de ambos lados, debo decir que estoy fructíferamente superando el pánico de volar en un avión, hasta miré quince segundos seguidos por la ventana y no me dio un ataque. Mi Valentina está tan serena y sonriente, me encanta verla así y poder haberla ayudado a bajar un peso de su espalda. Ahora está haciendo el intento de cantar las canciones que suenan en la radio del auto de Eva, no se sabe ninguna y lo gracioso es que intenta ponerle letra.

—Subele a esa Eva— Valentina se emocionó con una canción que creo iba a más del coro. Esa no me la sé, prácticamente me quedé en la época de The Black Eyes Peas.

—Me has dicho que le suba a todas— se queja con una sonrisa.

—Esta es especial, escucha. Amor, dame tu móvil— no sé que tiene esa canción que la puso así pero me gusta que esté tan emocionada.

—Claro— me lo arrancó apenas lo saqué de mi bolsillo.

La vi abrir la cámara de vídeo y enfocarse de todos los ángulos. Bajó la ventana y entró la luz del exterior, y en ese ángulo se quedó.

—Escucha tía Madelaine, está es la canción que te dije que dice Vanessa— ella gritaba por lo alto del volumen en la radio. Me le quedé viendo confundida. Se aclaró la garganta— Aquí vamos.

Baby I don't need dollar bills to have fun tonight

Baby I don't need dollar bills to have fun tonight

But I do need Vanessa
As long as I can feel the beat
I do need Vanessa
As long as I keep dancing

Tiene una voz tan sexy y ronca al cantar. Imagino que le envió el vídeo antes de entregarme el móvil de nuevo. La miraba con una sonrisa, es creativa y autentica, a mi me hubiera costado mucho hacer una relación como esa. Movió su cabeza al ritmo de la canción, que es bastante pegadiza, hasta que se dio cuenta que la estaba mirando tan profundamente y se tapó la cara con Will, dejando salir esa risita de bebé que tiene. Luego se lanzó a mis brazos, ella siempre tan delicada, y pude ver lo sonrojadas que estaban sus mejillas.

—Me aprenderé una canción para dedicartela— confiesa en voz baja—, aunque hay muchas canciones que pueden recordarme a ti ¿Te puedo cantar muchas?

—Todas las que quieras — halagada es como me siento sobre esto, me mata la idea de ella dedicándome canciones y cantándolas para mi.

—Descargue algunas en tu móvil, eres muy aburrida, no tienes música.

—Para qué quiero oír música cuando puedo oírte a ti hablar que es mucho mejor— dejo caricias en su rostro.

—Nunca te he oído cantar— juega con mi cabello —, cantame algo.

—No quieres desgraciarte la vida oyéndome hacer el intento de cantar, mi voz es peor que los maullidos de un gato mojado.

—A mi me gustan los gatos, y me gustas tú— deposita varios besos juguetones en mi cuello—. No te creo, cuando murmuras y tarareas se oye muy bonito. Canta para mi Juls— ¿Quién se resiste a esos ojitos acompañados con esas pestañas tan coquetas? Yo no.

—Vale, yo te lo advertí— pensé en una canción que no me saliera tan horrible y que al mismo tiempo la hiciera sentir especial. La sostuve muy cerca, con mis labios sobre su oído, pues yo no quería que nadie más me oyera cantar, sólo ella.

Mi Niña Salvaje (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora