Empezaba un nuevo día en la escuela de héroes Yūei, los estudiantes ya salían de sus habitaciones dirigiéndose a sus respectivos salones de estudio. En los pasillos se podía apreciar a dos chicos caminando mientras uno parecía un reproductor multimedia, el otro parecía estar desorbitado, pues realmente no parecía escuchar nada de lo que salía de la boca de su compañero.
En el salón 1-A entraban los dos chicos, un peliverde de ojos esmeralda y pecas en sus mejillas, a su lado un bicolor de complexión más alta. Ambos entraron en silencio tomando asiento en sus respectivos lugares, el peliverde en el asiento delantero y el bicolor al fondo de la fila.
Seguido de ellos entraron dos chicos más, un pelirrojo de ojos rojos cabellos en punta dientes afilados que mantenía una sonrisa amistosa, a su lado un rubio cenizo de ojos carmín, cabellos rebeldes y ceño fruncido. Entraron igual de silenciosos y tomaron asiento en sus lugares. Lo que era un milagro sabiendo el carácter que se cargaba el cenizo.
Pasaron los minutos y el sensei de turno al fin se dignaba a aparecer ante la clase. Un pelinegro con aspecto sonámbulo envuelto en un saco de dormir amarillo dándole aspecto de oruga, entró arrastrándose tal como gusano al salón, recibiendo miradas ya bastante acostumbradas, pues 2 meses ya eran para tomar costumbre.
Durante las clases hubieron un par de orbes rubíes sobre la pequeña complexión de un peliverde pecoso, siendo que dicha persona había sido bastante cuidadosa en no dejarse pillar mientras cometía su "delito" terminando antes los trabajos como táctica más confiable, de ese modo todos estaban más pendientes de sus ejercicios que de él.
Pero hubo una variable que no cálculo, y es que otra persona con un poco más de facilidad y rapidez, había acabado sus ejercicios establecidos más antes que su persona. Una mirada grisasea y azul turquesa intercalaba miradas entre aquel rubio cenizo y su pequeña presa peliverde. Entonces supo que se caería el cielo por su descubrimiento.
Todoroki Shōto jamás se caracterizo por entender las actitudes y costumbres de las demás personas, siendo él criado únicamente en su hogar sin salir o tener conocimiento del mundo externo, por tal razón no comprendía ciertas cosas que las personas de su edad deberían. Pero durante el tiempo que ha estado en Yūei a comprendido y aprendido muchas cosas que sus "amigos" le han enseñado. Y una de esas era algo tan simple que cualquier tonto podría deducirlo. Después de todo no era tan difícil adivinar que...
_Bakugō está enamorado de Midoriya-
Esa fue la especulación del número dos en el festival deportivo.
Ya que sacando cuentas, esa no era la primera vez que pescaba al de carácter explosivo viendo de tal manera a su amigo pecoso, porque si, Todoroki consideraba al pecoso como un muy buen amigo.
Estando en eso, se puso a reflexionar un poco las cosas, recordó que en una conversación con el círculo de "amistad" en el cual estaba integrado, la castaña Uraraka menciono algo que relacionó al instante con lo que pasaba actualmente: Cuando le gustas a un chico con muuuchoo orgullo, este vera como llamar tu atención, te llamará fea o algo a sí para que le peles..- fueron las palabras exactas de la chica para su amiga Tsuyu, y como alguien que no entendía las razones del porqué hacer ese tipo de rodeos, no vio necesaria su intromisión, pero ahora, ahora no pudo evitar relacionar la actitud de Bakugō para con el pecoso, y concluyó que..
_Bakugō sólo quiere llamar la atención de Midoriya _
Y se sintió orgulloso, pudo reconocer ese día uno de los sentimientos más importantes en las personas: El amor
Y mentiría si dijera que no quería ser partícipe en ello, bueno, mínimo quería entender más sobre el tema, y para ello quería ayudar al orgulloso y ególatra de su salón, tenía bastante consciencia sobre el rencor que causó al cenizo en el festival deportivo, y que aún estaba muy reciente, igualmente a él no le importaba para nada eso, sólo quería seguir aprendiendo sobre lo que las personas normales hacen.
Y aunque probablemente reciba una muy fuerte explosión en todo su bello rostro, no podía dejarse permitir, perder esa oportunidad.
_Los Ayudaré_
Y si Bakugō no tenía intención de dejarse ayudar, siempre podía recurrir a lo que Kaminari amablemente le enseñó un día que necesitaba su ayuda para un tema relacionado con Kirishima: Cada que necesites algo Todoroki, recuerda que siempre de los siempres!! Puedes acudir al soborno
Todoroki que claramente no sabía que eso estaba mal, en esos momentos no dudaba de las enseñanzas del rubio intenso, pues ese mismo día comprobó que Kirishima término obedeciendo al ojidorado.
Entonces con todas las ansias que su rostro no podía expresar, decidió tomar partícipe en aquello, y servir como un gurú del amor, aún sabiendo que literalmente no sabía nada sobre ese tema. Simplemente sentía que debía ayudar. Era un héroe después de todo.
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.830 palabras
Mønô: Uno