]𝙎𝙞𝙚𝙩𝙚[

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La vida era simplemente un sinfín de colapsos impredecibles, derrumbables; con tan solo pensar en ellos y sus consecuencias en alguien débil es simplemente la peor combinación que pudiera existir.

Y Midoriya lo sabía.

Algo raro comenzaba a surcar por la mente del pecoso aquel día, un pequeño sentimiento avaricioso, pero a su vez tan discordioso; sintió estremecerse por una presencia ajena al momento

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Algo raro comenzaba a surcar por la mente del pecoso aquel día, un pequeño sentimiento avaricioso, pero a su vez tan discordioso; sintió estremecerse por una presencia ajena al momento.

—Hola Midoriya.

Y de nuevo ese bipolar, caminado un poco después del saludo no correspondido el glauco alcanzó a percatarse de algo inusual, es mas, gracias a esa pequeña diferencia se sentía un poco a gusto estando con el de vista dispar.

Obviamente eso último se esmeraba en omitirlo a toda costa.

—Hola niño—murmuró con esta tranquilidad malentendida como frialdad en sí, cabe decir imperturbable ante casi toda situación.

—¿Esas pecas son naturales? —sin miramientos preguntó, sin saber lo tan atónito que había dejado al susodicho, llegando casi a perder los estribos por semejante estupidez.

—¿Y porque preguntas eso en un momento como este? —poco a poco comenzaba a darse la idea de la edad mental de su compañero, aproximadamente menor a la que aparentaba. —y solo por cortesía te diré que son de nacimiento.

Algo aturdido apresuró el paso con la esperanza de alejarse un poco de ese lunático de linda apariencia y de completo retraso mental.

Extraño fue la presencia casi por completo en el salón, tenía por entendido que sería uno de los primeros en llegar, o al menos así pensaba. No obstante, no importaba, solo caminó de entre los demás y se sentó sin nada mas por hacer.

—Midoriya—otra vez—oye.

—¿Qué pasa ahora niño? —el menor se sorprendió al tener tan cerca a si, dando por entendido que el menor estaba ensimismado tanto en sus irrelevantes pensamientos sin lograr percatarse de la cercanía antes mencionada.

Podía ahora darse cuenta de la peculiaridad en los ojos contrarios, rodeados de un brillo casi utópico haciéndolos resaltar mucho la diferencia de color.

—¡O-Oye! —alcanzó a reaccionar, poco después con algo de incomodidad, aparentemente. Su rostro pálido daba a entender una cosa completamente diferente.

—Tenías el cabello alborotado en una parte—era obvio que el bicolor no sabía a que se enfrentaba si se trataba de ese chico cerca a si no era especialmente bueno. —l-lo

—¿Siento? Ok, entendí así que n-no vuelvas a hacer eso. —siseó dejando divagar a su vista clara hacia cualquier lado, ver a el chico raro le hacía mal pues solo nervios era lo único que podía liberar estando cerca suyo.

❝𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙈𝙚❞ ❴𝙏𝙤𝙙𝙤𝘿𝙚𝙠𝙪❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora