CAPÍTULO 2: TODOS ESOS RECUERDOS...

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POLLY

Ahí estaba ella, pantalón blanco demasiado holgado para su figura, una blusa azul de botones dorados también demasiada suelta, con el cabello negro totalmente suelto y dejado detrás de ella, el último de sus compañeros del salón estaba afuera y se iba a la cafetería, en el salón de al lado se escuchaba un caos, seguramente estaban en algún proyecto o actividad previa que incluía tal desorden, no le interesaba, estaba sola, y era lo único que quería. Saco de su mochila (una vieja pero bien cuidada bolsa de lado azul con asas amarillas) su dispositivo, de casi el tamaño de su pequeña mano, la larga línea negra se empezó a separar para formar una imagen, ella abrió el reproductor y le dio al icónico triangulo que apuntaba a la derecha, el aparatito hizo su deber dando pauta a una canción, una que ella desconocía en tanto a titulo como lírica, empezó a bailarla en cuanto esta llego a la guitarra, era dulce y algo melancólica, aun sin conocer la letra, Polly Drask disfrutaba bailar esa canción como a ella le daba entender.

Llevaba rato y de hecho la canción se estaba repitiendo por tercera vez, Polly giro a la puerta en un movimiento emocionante y se percató de la figura que estaba recargada ahí, alta, brusca y serena, musculosa (¿o aparentaba serlo? Ella no estaba segura) y barbada. Ella se exalto y pauso la música justo cuando la figura hablaba.

—Vaya, que primoroso.— dijo acercándose de a poco a la banca más cercana, con cautela, para no asustar más a la joven dentro, la cual estaba hasta la esquina contraria del salón.

Polly no respondió, seguía asustada por la inesperada llegada de aquel extraño, aunque trato de mantenerse cuerda ante el escenario.

—Perdona, creí que no había nadie alrededor.—dijo mientras recuperaba el aliento, se acercó a la salida de la fila de bancas en la que estaba, llego rápido al escritorio de los profesores, encendió la luz para ver al extraño mejor, el coopero con esto último, dando un paso más alejándose del oscuro pasillo.

—Asustarte no era mi intención, es solo que me impresiona saber que no soy el único que no le agrada lo más reciente, al menos en música. — volvió a hablar el extraño.

—Entonces te encontraste a la persona incorrecta, a veces creo que vivo bajo una piedra, no sé nada de música. — respondió Polly, siendo en extremo honesta sobre ella misma.

—Ah, entonces mi intromisión interrumpió algo interesante, creí que al conocer esa canción tu... bueno, Avril Lavinge fue muy reconocida en la tierra, al menos iniciando el siglo pasado.

— ¿Quién? — pregunto Polly de vuelta, el nombre no le parecía familiar.

—Es el nombre de la artista que canta, fue muy popular en la primera década del año dos mil de la tierra, ese es uno de sus sencillos más olvidados y más polémicos que canto en su corta carrera musical. — dijo el tipo, Polly se le acerco más, se sorprendió al verlo, alto, al menos de metro 85 de altura, una barba en crecimiento le adornaba el rostro, haciéndolo ver mayor de lo que era, del lado derecho del rostro, a la altura del ojo, una cicatriz vertical le recorría ese lado, pasaba por el ojo el cual era azul, pero con tonalidades brillantes y lumínicas, imitando o asemejando algún tipo de emisión radioactiva, pero le dejaba usarlo, lo hacía ver rudo y algo magullado, su playera roja con un relámpago amarillo era muy notoria un guante negro con correas y 3 hebillas plateadas estaba en el brazo derecho hasta casi tocar el codo, a Polly le intrigo esto último más que la cicatriz, o el conocimiento de la canción.

—Vaya, sabes bastante, no sabrás el nombre ¿o sí?

El muchacho rió, su voz gruesa y dulce se tornó en una risa sencilla y estridente, ella no lo entendió del todo. El extraño suspiro y volvió a hablar.

"PECADOS" PRIMER LIBRO DE LA TRILOGIA "SOMBRAS DE LA GUERRA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora