KISSES キス REDDIE

7

richie no se consideraba a sí mismo una persona con mala suerte, sin embargo, al parecer el destino quería jugar un poco con él.

dos días después se encontró con eddie, pidiendo que por favor le diera una respuesta con respecto a la pregunta que le había hecho a través de la pequeña nota que había colado aquella noche en el bolsillo de su abrigo; pero éste simplemente se mostró confundido, al parecer ninguno estaba en el mismo canal.

-richie, ¿seguro que no te equivocaste? es decir, yo nunca vi ninguna nota.- eddie tomó ambas manos entre las suyas realmente preocupado, pues se sentía mal por el simple hecho de no entender a qué se refería su chico.

-¿checaste los bolsillos de tu abrigo?-  preguntó mientras mordía su labio un tanto nervioso, no podía creer que al fin había reunido valor y al parecer todo se arruinó.

eddie suspiró después de haberse quedado mirando un punto fijo tratando de recordar.

-lo siento, mi madre lo lavó debido a que olía a cigarrillo por culpa de bev.

a este punto, richie realmente no sabía si maldecir a eddie, a la señora k, a beverly o a sí mismo.

-¿qué decía la nota?- la pregunta lo sacó de sus pensamientos donde se tachaba a sí mismo de idiota, y ahora se mostraba totalmente nervioso.

-eddie, tú sabes mejor que nadie que las palabras nunca han sido lo mío, por eso escribí la nota, pero supongo que ya ni siquiera existe en este momento.- el mencionado soltó una dulce risita que hizo sonrojar al chico con lentes- trataré de recordar cómo decía exactamente, porque sino perderé mi encanto.

-tú siempre lo tendrás, rich.

eddie sonrió sin mostrar sus dientes, con una mirada de adoración pura que sólo era dedicada a richie y a nadie más. sus ojos tenían aquél brillo que todos tienen al ver algo que realmente adoran con su vida, y richie no pudo evitar preguntarse qué había hecho en su vida pasada para merecer que aquél chico frente a él lo mirara de esa forma.

-eddie kaspbrak, eres el chico más precioso que he visto en toda mi vida, he caído total y completamente enamorado de ti desde la primera vez que te vi. no me veo en un futuro sin ti a mi lado, así que, ¿te gustaría ser mi novio?- al terminar de formular la pregunta, el color rosado se instaló en sus mejillas de forma rápida, y eddie no pudo evitar sonreír en grande por presenciar eso de principio a fin.

-a este punto creí que ya lo éramos, richie.

eddie se acercó a richie sin dejar de tomar sus manos, y besó dulcemente sus labios; el sonido de su corazón acelerado era lo único que retumbaba en sus oídos en ese momento.

el de lentes deslizó su mano fuera del agarre de eddie y se instaló en su mejilla izquierda para ayudarse a profundizar un poco más el beso.

sus labios se movían juntos, saboreando los del otro, tratando de memorizar el sabor de aquellos para cuando no estuvieran juntos.

eddie soltó sus manos y las colocó en sus hombros, ayudándose para sentarse en su regazo aún sin separarse del beso. se movía de manera lenta, siguiendo el ritmo del beso, de adelante y atrás, trazando círculos imaginarios y dejando sin cordura a richie.

éste se separó jadeando al no poder más, anteriormente eddie se ha sentado múltiples veces arriba suyo, pero nunca había hecho tal cosa para intentar provocarlo de tal forma.

observó al chico arriba suyo, y se confundió muchísimo, pues alguien con apariencia tan pura e inocente no se atrevería a hacer algo como eso. pero ahí lo tenía, dando pequeños saltitos apenas percibibles, tratando de conseguir algo más que besos y abrazos.

-¿eso es un sí?- preguntó richie con labios rojizos e hinchados, colocando sus manos sobre la cintura del pequeño eddie, tratando de hacerlo parar con la tortura.

-sí.

eddie definitivamente era un ángel travieso que podría corromperlo en cualquier momento.

y tal vez, sólo tal vez, la mala suerte nunca había sido parte de su vida, y tampoco lo sería de ahora en adelante.

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