Negación

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N/A:

1. Los personajes de Love live! School Idol Project le pertenecen a Sakurako Kimino y a Arumi Tokita. No así la historia que es de mi autoría.

2. Dicho relato es un one shot que terminó partido en tres capítulos. Forma parte de una trilogía que inicia con el drabble "Cuando duerme el rey salta el bufón", sigue con el one shot "Bajo el velo de la noche" y finaliza con esta entrega. Además está narrado en tercera persona. Y ha sido compilado todo en un sólo lugar para mayor comodidad. 

3. Como la anterior entrega también está dedicada a Tenshi Everdeen por ser quien más me motiva a seguir incursionando en este fandom y me orienta con algunas dudas.

4. Las frases o diálogos entre comillas y en cursiva, son pensamientos de los personajes o flashbacks de escenas pasadas o parte de la canción Garasu no Hanazono de Nozomi  y Eli de µ's.

5. Si ven esta historia fuera de mi cuenta de FF o wattpad (AlexissMocçia) o facebook por favor comuníquemelo, Digamos No al plagio y apostemos siempre al original.

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Umi se despertó con un fuerte dolor de cabeza, dado que pequeños flashes de la noche anterior le martillaban el pensamiento

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Umi se despertó con un fuerte dolor de cabeza, dado que pequeños flashes de la noche anterior le martillaban el pensamiento.

Nada parecía tener sentido. Alas negras, otras blancas, el ponche con alcohol, Honoka con Tsubasa, ella con Kotori.

Un enojo inexplicable, un despiadado reproche a la amante del pan. El mareo y un dulce roce, dulce y húmedo.

«¿Acaso había besado a su mejor amiga?», imposible eso era indecente para ella. Sin embargo cierta frase seguía rondando su mente.

«—Al menos de algo puedo estar tranquila esta noche —Delineó, con la yema de su pulgar, los labios de Kousaka—: Tsubasa no se ha hecho con todo.»

Y luego la sensación de un dulce, suave y húmedo roce. Se preguntaba por qué húmedo y fue golpeada por el corto recuerdo de la lengua de Honoka pidiendo entrar a su boca.

Desorbitó los ojos y se giró en la cama dando de cara con la pelinaranja. Se sonrojó de inmediato y agradeció que su amiga aún no estuviese despierta.

Viéndola tan tranquila no pudo evitar sentir ternura y una parte de ella no se arrepentía de lo sucedido pero si hubiese deseado que no fuese producto del alcohol.

Mas la otra parte de ella, la que lamentablemente escucharía, le gritaba que hiciese como si aquel beso nunca hubiese existido.

Y siendo que al levantarse Honoka, ésta tampoco mencionó lo sucedido, Umi pensó que había hecho lo correcto.

Sin embargo las cosas estaban lejos de estar bien. Y las lágrimas que aquellos ojos azules derramaron, en cuanto la pelinegra se retiró, fueron prueba suficiente de que el dolor podía llegar a romper una linda amistad.

Al pan, pan y a Umi, HonokaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora