9 - 20 Años En Oscuridad

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Mi hermano Pete desapareció hace veinte años en la noche de Halloween. Pensé que sabía dónde estaba, escondiéndose en nuestro dormitorio, esperando a asustarme con su pequeño disfraz de Drácula. Pero cuando abrí la puerta para asustarlo primero, él se había ido. La única pista era una hoja de sus deberes de matemáticas, arrancada de su cuaderno y dejada en mi cama, apoyada en la almohada.

La policía creía que Pete había sido secuestrado y que había dejado sus deberes como una pista para la identidad de su secuestrador. Naturalmente, se concentraron en su profesor de matemáticas. No había ninguna prueba real, pero todos estaban convencidos de que era culpable. El pobre hombre acabó abandonando la ciudad, llevándose todo su supuesto conocimiento del paradero del cuerpo de Pete con él.

Pero conocía a mi hermano. El chico estaba constantemente olvidando las cosas, tropezando con nada, perdiendo las llaves de casa y quedándose fuera. Simplemente no era lo suficientemente rápido para dejar una pista como esa.

Tal vez me molestó que todo el mundo culpara al profesor de matemáticas, o tal vez solo me llamó la atención todo el revuelo, pero cuando crecí, me convertí en policía.

Este Halloween, recibimos algunos informes sobre intrusos en el antiguo orfanato, un edificio abandonado en el bosque detrás de la escuela. Me dirigí allí para asegurarme de que los niños no estuvieran haciendo alguna payasada.

Había recorrido el perímetro unas cuantas veces, y estaba a punto de irme cuando noté un agujero en la cerca, cubierto de maleza y escondido detrás de un enorme roble. Subí y encontré una entrada al edificio que se abría en un largo pasillo con una hilera de puertas a la izquierda y ventanas a la derecha. La primera puerta colgaba de sus bisagras. La segunda puerta estaba cerrada. La patee. Era un armario.

En su interior, acurrucado en un rincón, había un pequeño esqueleto vestido de vampiro. Supe inmediatamente lo que había sucedido. Pete había estado esperando allí para asustarme. Simplemente no esperaba que la puerta se cerrara. Junto a él había un cuaderno, con una página arrancada. En la página siguiente, había una nota:

¡Encuéntrame en el viejo orfanato para tu SORPRESA! Hay un agujero en la valla detrás del árbol más grande. ¡Entra, es la segunda puerta a la izquierda!

Me había equivocado con mi hermano. Había sido lo suficientemente listo como para dejar una pista. Aunque acabó arrancando la página equivocada.

Creditos a quien corresponda.

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