Parte uno.

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— E-El suicidio es algo privado.— Es lo único que pudo salir de la boca de Manila en ese momento, provocando que Raja pusiera los ojos en blanco.

— Vamos, Heather. El suicidio es para personas estúpidas.— La molestia de la morena era evidente, y Manila estaba realmente asustada, ella no quería que la sacara del grupo. — Mira tu maquillaje, está todo corrido de tanto llorar. No quiero que la gente te vea así, comenzarán a correr rumores de nosotras.— Raja comenzó a corregir el maquillaje de la más bajita con el dedo. Manila no podía dejar de ver el rostro de la chica, parecía hecho por los dioses y mucho más perfeccionado por el mismo RuPaul.

Manila sentía la respiración calmada y el perfume sabor chicle de Raja, estaban tan cerca y por alguna razón no quería separarse para nada de ella en ese momento, estaba relajándose ahí, apoyada contra la pared mientras Heather la acorralaba aún más.

— Muy bien.— Esa voz ronca hizo sacar a Manila de sus pensamientos, Raja se alejó un poco para poder contemplar a Manila con su nuevo maquillaje. —Estás preciosa, pero no más que yo, claramente.— La morena soltó una risa, provocando que la más bajita riera junto a ella.

Manila acomodó su corto y hermoso vestido amarillo, peinó un poco su cabello y miró a Raja antes de que salieran del baño. Pero se toparon con sus otras dos amigas en la entrada, Carmen pasó de largo yendo de una manera apresurada a unos de los sanitarios... probablemente a vomitar de nuevo.

Delta echó un vistazo al rostro de Manila. — Cielos, Heather. Te ves genial.—

— Gracias Delt-... — El sonido asqueroso del vomito de Carmen caer interrumpió a Manila, Raja suspiró y se volteó para verse al espejo.

— Madura, Heather, Bulimia es tan '87.— Dijo, retocando su labial rojo. Manila la miró por unos segundos, hasta que oyó a Carmen nuevamente.

— Tal vez deberías visitar un doctor, Heather.— La pelinegra entró al sanitario, viendo a Carmen agachada en el suelo, con la cabeza casi dentro del inodoro. Tomó su cabello en forma de una coleta y lo sostuvo.

— Sí, Heather, tal vez debería.— La rubia alzó la mirada, pasando su antebrazo por sus labios. — Lo siento por lo de antes, sabes que no tengo paciencia.— Dijo mientras se paraba y presionaba su libro contra su pecho suavemente.

— Está bien, yo... no tengo resentimiento.— Manila le dedicó una sonrisa amable y caminó hacia donde estaba Delta, quien observaba todo con una expresión exhausta.

Raja estaba seria, una vez Carmen salió del sanitario, la morena se dió la vuelta. — Heather intentó suicidarse.— Ella tragó saliva, a pesar de que su rostro emitía tranquilidad. — No quiero que toquemos este tema nunca más.—

Carmen se acercó a Manila, quien se echó hacia atrás un poco asustada. — ¿Acaso quieres arruinar nuestra reputación?—

Delta miró a la pelinegra con una mueca de decepción y enojo al mismo tiempo.

Carmen volvió a dirigirse a Manila, esta vez con la voz alzada. — ¡No vuelvas a hacer algo como eso!—

— Cállate, Heather.— Dijo Raja, provocando que Carmen se alejara de Manila y dejara de intimidarla.

— Lo siento, Heather.—

heathers / manila luzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora