heathers / manila luzon

Parte dos.

Manila tiró del brazo de Karl, pidiéndole ayuda internamente, su hermano se limitó reír algo incómodo y a zafarse del agarre de la niña. - Adiós chicas, ya debo irme.- Raja sonrió y envolvió su brazo en los hombros de Manila.

- ¿Entonces irás? Va a ser divertidísimo.- Preguntó la morena, poniendo aún más nerviosa a la indefensa chica que estaba a su lado.
- Yo... Está bien Heather, iré.- Manila se rindió, dejando caer sus hombros al igual que soltaba un suspiro pesado.
Alzó su mirada para ver a su hermano alejándose con sus amigos.

[...]

Manila abrió sus ojos de golpe, tenía los párpados pesados, estaba en una habitación desconocida totalmente oscura, excepto por los radiantes rayos del sol que entraban por la ventana. Pero claro que eso no era lo primero en lo que se fijó la niña, claro que no, tenía un dolor de cabeza horrible.

Trató de levantarse, pero sintió un gran peso sobre su brazo, que era lo único que podía sentir por parte de este, y un poco asustada se volteó a mirar qué mierda tenía sobre su queridísimo brazo. Sorpresa. Brian estaba ahí, tan cerca de Manila que podía sentir su respiración y podía ver la gota de saliva que se escapaba de la comisura de sus labios. El chico no llevaba camisa.

"Mierda, es tan sexy" Fue lo único que pudo pensar la pelinegra al ver los cuadraditos en el pecho del chico, también se fijó en como subía y bajaba de una manera lenta y relajada. Continuó repasando su cuerpo con la mirada. Unas mantas blancas cubrían la parte donde iban sus intimidades.

Bam, recuerdos. La noche pasada Heather y ella salieron, luego la perdió entre todas las personas que habían en la fiesta... no la volvió a ver en toda la noche. Así de tanto beber, terminó besándose salvajemente con Brian McCook, quien la llevó a su casa, donde tuvieron muchísimo sexo.

Manila sacó suavemente y con cuidado la cabeza de Brian de su brazo y se sentó en la cama dándose cuenta de que ella estaba desnuda también. Comenzó a buscar desesperadamente con la mirada su ropa, cuando sintió la mano de Brian posarse sobre la suya.
- Anoche la pasé genial.- La pelinegra se volteó y lo miró con una sonrisa incómoda y asintió con la cabeza.
- Yo igual, pero es hora de que me vaya, ¿No crees?-

[...]

Después de ducharse y sobrevivir a los insistes del rubio, Manila pudo salir de aquella casa sana y salva, así caminar a la suya con la esperanza de que sus padres no se hayan dado cuenta de su ausencia.
Abrió la puerta sigilosamente y caminó a la sala de puntillas, fallando en la misión de parecer invisible. Heather estaba sentada en el sofá hablando con los padres de Manila.

- ¡Oh dios, Manila! No sabes lo mucho que me preocupó no encontrarte.- Dijo la morena con una mueca de preocupación, tan falsa como ella misma.