Capítulo 5
Harry había remodelado la casa de Charlie Swan con la esperanza de que a su hija le gustara. Había repintado las paredes y organizado otra habitación. La de Bella estaba pintada en un color melocotón suave, con una cama Queen, sábanas de algodón egipcio en tonos terrosos y un edredón hechizado para que no pasara frío en las noches. Por supuesto que compró una nueva computadora. Su habitación, del otro lado, estaba estampada con los colores turquesa y aguamarina, el mismo secreter, la misma cama y un pequeño ropero expansible. La habitación de Charlie era masculina, en tonos rojos y marrones, tenía una cama King y sábanas haciendo juego con las paredes. La vieja mecedora de la habitación de Bella se restauró hasta dejarla nueva.
Charlie fue a recoger a Bella, mientras Harry se quedó cocinando. Había llegado de la escuela, donde era un hervidero de vampiros mirándolo mal o con sospecha. Por fortuna, se había rodeado de amigos muggles que no permitieron que estuviera solo un solo momento. Harry se divertía, porque a diferencia de ellos, él sí podía saber lo que pensaban.
Estaba sacando el pollo del horno cuando la voz de Charlie llegó desde la puerta de entrada.
-Harry, ya llegamos.
Harry se acercó al pasillo principal y vio a esta jovenzuela de cabellos oscuros y ojos como de chocolate. Pálida y desgarbada, era una mezcla entre Charlie y su ex.
-Hola, bienvenida.
-Bella, él es Harry, el chico del que te comenté.
Habían acordado con Charlie decirle que era su ahijado pero que estaban esperando una respuesta del internado al que asistió para ver si volvía.
-Hola. Gracias. –dijo con una suave voz.
Se quedaron mirándose unos a otros sin saber qué decir.
-¿Por qué no le muestras a Bella su habitación mientras yo termino de alinear la ensalada?
-Claro. Ven, Bella.
Harry puso la mesa y condimentó la ensalada, escuchando los pasos de los otros dos acercarse.
-No puedo creer que hicieras eso. –le decía la adolescente.
-Era lo menos que podía hacer. Harry me enseñó lo que tenía que saber para comprarla.
-Supongo que hablas sobre la computadora. Le dije que era una inversión a largo plazo, si la utilizabas para el estudio.
-Por supuesto.
Pasaron la velada hablando de nada, hasta que, a la hora de los postres, Charlie sacó la gran noticia.
-También te compré un jeep.
-No debiste hacerlo, Charlie.
-No hay problema. En realidad... -se mesó los cabellos de la nuca. –es confiscada del estado. La subastaron y me bajaron el precio por ser de la fuerza. Es un Wrangler.
-Vaya. Gracias. Yo... había pensado en comprar un auto...
-¿No quieres el jeep? –no pudo evitar escucharse desilusionado.
-¡No! Está bien...
-Si no quieres gastar tanto combustible, puedo llevarte a la escuela.
-También puedo llevarte yo. –se ofreció Bella, aún incómoda con el joven.
-No es como si el tuyo fuera muy seguro. –acotó Charlie.
-¡OYE!
-¿Qué vehículo tienes? –preguntó Bella.
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El emisario.
Short StoryQuise hacer una parodia... y resultó en esto. Lamento si lastimo susceptibilidades, porque destruyo tramas y personajes. Algo se gesta en Forks. Fuerzas supremas envían un emisario para hacerse cargo.