Capítulo 7
Luego que Bella hace firmar su planilla con el profesor Banner, se sienta junto a Harry y comienzan a charlar... en su forma secreta.
-Bueno, ¿qué fue todo eso? Y no me digas que nada, porque fue como si me calentara el cerebro y se me enfriaran las extremidades.
-Los fríos intentaron intimidarme.
-¡¿QUÉ?!
Harry le tomó de la mano y mandó una ola de calma que la dejó caer en la silla. Miró al profesor y vio que el muffliato sin palabra era efectivo.
-Tranquila. Te dije que no pueden jugar conmigo.
-Bueno. Espero que sea la última vez... realmente no me...
-Estás sentad... -Edward no terminó la frase. Inmediatamente sus ojos se volvieron negros.
Harry bufó y chasqueó los dedos frente al vampiro. Este parpadeó, retornando sus ojos dorados, mirando a ambos como extraterrestres.
-Profesor. –llamó Harry. –Creo que nos hemos quedado sin sillas por aquí.
-Oh, ya veo. Pueden compartir mesa. Señor Cullen, tome mi silla. Ya veré cómo los organizo.
Edward va como zombie a tomar la silla del profesor.
-¿Qué acaba de ocurrir? –preguntó Bella.
-Tu sangre es atractiva para él. Más que la mía, que ya es decir. Los italianos le llaman "sua cantante". Ocurre en un uno por ciento de la población.
-¡Perfecto! Y vengo a ser el uno por ciento en este pueblo lleno de vampiros. Las probabilidades contra mí...
-Yo tengo peor suerte, créeme. Él estará tentado a drenarte. Lo mejor será que te consiga un amuleto para cubrir tu olor permanentemente. -dijo pensativamente.
-Gracias.
-Para qué están los hermanos.
En un arrebato, Bella lo abraza mientras el profesor inicia la clase. Edward se sienta a su lado pero no dice ni hace nada. Mientras, los dos nuevos se la pasan chismeando telepáticamente. Al finalizar la clase, el vampiro sale disparado.
-¿Qué tienes ahora? –pregunta Bella sin darle importancia.
-Historia.
-Yo, gimnasia. –dijo con una mueca.
-Oye, Mike.
-Sí.
-¿Puedes mostrarle el camino al gimnasio a Bella?
Bella lo fulminó con la mirada.
-¿O prefieres Edward?
Bella no pudo evitar fulminarlo con la mirada.
-¡Claro!
Harry se separó de ellos y se fue a su clase. No por nada había manipulado su horario. ¿Gimnasia? No en esta vida. No, a menos que fuera Quidditch. Vio al vampiro rubio esperándolo.
-Necesito tu ayuda. –susurró.
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El emisario.
Short StoryQuise hacer una parodia... y resultó en esto. Lamento si lastimo susceptibilidades, porque destruyo tramas y personajes. Algo se gesta en Forks. Fuerzas supremas envían un emisario para hacerse cargo.