Cuarta

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La vida es como un viaje en coche.. quieres ir rápido cuando tienes un destino al que llegar y lento cuando no sabes a donde te diriges. Hay gente que disfruta del paisaje y otra que ni tan siquiera se detiene a mirar la belleza de la vida. A veces con música se hace más llevadero, también con un compañero con quien compartir cada tramo, que haga de copiloto y te ayude a no quedarte dormido. A veces me pregunto si la gente que prefiere estar sola es más valiente por querer afrontar solo la vida o más cobarde por tener miedo a desnudarse ante alguien. Creo que el amor es un acto de valentía, de alejarse del egoísmo salvaje que nos domina y saber entender que esa persona nos fallará algún día, igual que nosotros podríamos fallarle a ella. Puede que aún no entienda muchas cosas, aunque comprendo mejor que la mayoría y lo único cierto que se es que quiero morir sabiendo que dí lo mejor de mi a quien pude, en la vida y a los demás. También hay gente que prefiere ir en moto, sintiendo el viento y la lluvia a flor de piel , sintiéndose más vivos. Hay veces que tenemos que parar inevitablemente porque nos quedamos sin gasolina, esa gasolina en la vida es nuestra fuerza vital. A veces tenemos que detenernos y reponer nuestras fuerzas. Pasaremos por tramos llenos de curvas en los que se nos exigirá ir más despacio y luego podremos acelerar cuando ya estemos en linea recta visualizando el final. Como en una carrera que exige lo mejor de ti, en la que sabes que vas a llegar el último pero disfrutarás aunque no ganes y lo único que te importará es saber que lo diste todo para alcanzar la meta. Hay gente que llegará antes y disfrutarás de su victoria con ella, puede que ahí resida la humildad. Somos un constante viaje ante la vida y ante nosotros mismos. A veces no hace falta tener los ojos abiertos para disfrutar del paisaje, puede que si los cierras lo sientas aún más.

Cartas al vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora