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Un día cualquiera se quedó hasta tarde en su consultorio, habían llegado demasiados animales para castrarlos y una que otra operación pautada para el día de hoy; Gabriel trabajaba para una clínica veterinaria, llevaba más de 3 años trabajando para ese mismo lugar; sus cortinas estaban bajas y como siempre, era el último en salir, arreglando todo para el día siguiente, al culminar esto, apago su portátil pero toques en su puerta lo hicieron sobresaltarse, es por eso que se levantó y se acerca a esta para abrir, dejando ver a Alexis, la mujer acomodo sus anteojos, para ser la jefa de esta asociación, era muy ingenua o como él decía siempre "Es una niña en el cuerpo de una mujer", aun así, había algo en ella que la hacía ver perfecta.

__Gabriel, disculpa por molestarte, mi portátil tuvo un pequeño-gran colapso y no quiere encender, ¿podrías facilitarme la tuya?, si no es mucha molestia, claro está.

__ Si, supongo, aunque, ¿es mucho lo que harás? –Pregunto dejándola pasar- pensaba llevármela a casa.

__No, es sumamente rápido –se sentó el lugar que el hombre había tenido hace pocos segundos- me alegra que te hayas quedado, sino envió esto, no nos llegara las soluciones y demás medicamentos que necesitamos.

__ Lo entiendo –estando frente a ella, pequeños fragmentos del sueño anterior se colaron a su mente, rápidamente llevo su mano a su miembro-

La mujer ajena a todo lo que sucedía, lo observo y negó.

__¿Tuviste mucho trabajo? –pregunto-

__ No más que tú –respondió él- con todo el respeto que te mereces Alexis, necesitas tomar un descanso- ella sonrió- ¿Qué sucede?

__Ojala pueda tomar uno pronto, pero mientras no sea así, aquí seguiré –guiño su ojo-

Ante esa acción, Gabriel se movió incomodo en su asiento, ¿Cómo era posible que esa mujer lo colocara de tal manera?, pensó. Su tipo de mujer eran las atrevidas, que les gustara salir, disfrutar de la vida, todo lo contrario de Alexis.

__ Sí.

__ Pues –quito sus anteojos y froto sus hermosos ojos azules- he terminado –se levantó- muchas gracias, Gabriel.

Rodeo el escritorio y se quedó frente a él, este se la quedo observando por un momento fijamente llegando así, a intimidarla, acto por el cual, Alexis agacho su mirar, es por eso que dio un paso hacia ella, y esta retrocedió, la estaba arrinconando contra su escritorio.

__ Eres... Hermosa, Alexis.

__ Gracias, supongo –comento ella observándolo ahora si, a los ojos- 

Estaban muy juntos, él la tenía atrapada, la miraba con deseo y lujuria, podía oler su aroma, ya estaba duro como en sus sueños, no sabía porque estaba haciendo esto, simplemente quería besarla y tenerla entre sus brazos, es por eso que dijo algo que nunca pensó en decir a viva voz.

Odio que me gustes.Where stories live. Discover now