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Gabriel estaba perdiendo el control, quería hacerla suya, pero quería ir con calma, sus gemidos eran genuinos; ella se giró quedando frente a él, acaricio su rostro y bajo lentamente las manos, recorriendo así el torso desnudo con la yema de los dedos, noto como la piel de Gabriel se erizo; beso su pecho y más, más abajo. El hombre al observarla arrodillada, no lo podía creer, no fue hasta entonces que Alexis agarro su erección, lamio su longitud suavemente. Él dejo caer su cabeza hacia atrás y apretó los puños para controlarse; con total destreza empezó a succionar, introduciendo y sacándolo de su boca, Gabriel se sentía en la gloria; soltó un gemido y la fuerza del clima se empezaba a sentir, antes de correrse, intento separarla pero Alexis, succiono un poco más y no pudo evitar correrse en su boca. Su rostro estaba rojo, la levanto y junto sus labios a los de ella, la sentó en la mesa del escritorio y un chillido de su parte hizo que se separará.

__Esta frío...

Eso lo hizo reír, igualmente a ella. Gabriel la rodeo con sus brazos y con cuidado la fue acostando en esta.

__Eres preciosa, Alexis. Realmente lo eres, mucho más que en mis sueños.

Agarro su erección y la coloco en la húmeda entrada, despacio se introdujo en ella, al ya ambos estar acoplados, Gabriel comenzó a embestirla fuerte y salvaje, ella soltaba gemidos de placer. Sentía su suavidad resbalando por su miembro, la deseaba mucho más de lo que pensaba, la adoraba mucho más de lo que quería admitir. Sus miradas eran fijas, ella lo tomo por su cuello y se movió encontrándose con él.

__Es mi turno –guiño su ojo-

Sus movimientos eran mucho más violentos de los que se pudo imaginar Gabriel y eso le encantaba; las embestidas eran fuertes, profundas y certeras, los dos jadeaban, todo ese sentimiento acumulado, todo eso que ambos imaginaron se estaba haciendo realidad en esa unión. Jamás habían sentido algo así, ardía cada vez más, los comienzos del orgasmo ya se avecinaban en su interior, es por eso que una de sus manos de desviaron hasta su clítoris, presionándolo, un gemido encantador salió de su boca por el orgasmo, sus uñas se clavaron en la espalda de Gabriel. Una oleada de placer sintieron los dos, quedando exhaustos, jadeantes y extasiados. Sus ojos volvieron a encontrarse pero el no sabía que decir, por primera vez sintió plenitud en el acto sexual. Alexis al verlo pensativo, paso su dedo índice sobre sus labios, y sonriendo le dijo.

__Estamos jodidos...

__Realmente lo estamos. 

Odio que me gustes.Where stories live. Discover now