CAPÍTULO 10: SÓLO DI SÍ

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Rompí a llorar, no de tristeza, de alegría. ¿Como podía tener yo a este hombre a mi lado? És maravilloso y lo da todo por mí.

- Y-yo... No- no sé qué decir - dije secándome las lágrimas que bajaban por mis ojos con cierta lentitud.

- Sólo di sí. - dijo mi rubio favorito, sonriéndome como nunca antes lo había hecho, tenía un brillo especial en los ojos, en la mirada se podía leer lo emocionado y feliz que estaba de que dijera que sí, de entrelazar nuestro futuro, de ser marido y mujer.

- Sí, sí, sí ¡¡¡POR SUPUESTO QUE SÍ!!!

Se levantó y me abrazó fuerte, pero sin hacerme daño y me besó, me besó apasionadamente, estaba tan nerviosa que incluso parecía que era nuestro primer beso.

Nos agarramos de las manos y pensé en que no me había dado ningún anillo, tal vez estaba escondido en el trozo de tarta de la cena, en la bebida que tomaría después o... En helado de vainilla, AMO EL HELADO DE VAINILLA.

De todos modos, no quise decir nada, no quería parecer materialista, ni que no apreciaba ese momento, és sólo que Adrien piensa en todos los detalles, convirtiéndolos en perfectos y que hiciera eso me resultaba extraño.

- Te estarás pensando dónde está tu anillo de compromiso - dijo él, leyéndome la mente.

- Emm... Y-Yo... - dije yo sin querer decir la verdad, ruborizada.

- Tranquila, no lo necesitas.

Mi cara en ese momento era un poema, ¿Cómo que no necesitaba un anillo de compromiso? ¿Qué llevaría en mi mano hasta el día de la boda?

- Marinette, - dijo Adrien rascándose la nuca con el brazo, con cierto nerviosismo - ésta es nuestra boda.

¿Qué? ¡No sabía cómo reaccionar! ¿Me caso el día de mi compromiso? ¡Qué fuerte! No me lo podía creer y creo que entré en una especie de shock o algo, porque de pronto ví a Adrien pasarme la mano por delante de la cara, para que reaccionase. Agité mi cabeza, volviendo a la realidad y encontrándome con todos los invitados y a Adrien mirándome con cara extraña. ¡Por favor! Que alguien me diga que no he hecho nada extraño, mientras tanto.

- ¡Sí sí! ¡Por supuesto que sí! - todo el mundo aplaudió y Adrien me volvió a abrazar - Lo siento, estaba muy nerviosa, todo esto és tan fantástico - le susurré en el oído a él, aprovechando la ocasión.

- Lo sé - me respondió.

________

- Adrien Agreste, ¿prometes amar y respetar a Marinette, en la riqueza y en la pobreza, durante el resto de vuestras vidas hasta que la muerte os separe? - dijo Alya, sí, sí, Alya, se ve que de metió en una página web para poder casarnos.

- Sí, quiero.

- Y tú, Marinette Dupain-Cheng, ¿Prometes amar y respetar a Adrien, en la riqueza y en la pobreza, durante el resto de vuestras vidas hasta que la muerte os separe?

- Sí, quiero.

- Por el poder que me ha otorgado casaatusamigos.com, yo os declaró, uy qué nervios, ¡MARIDO Y MUJER! Puedes be... Ya déjalo, no me habéis hecho caso.

Y eso pasó, antes de que Alya acabara su última frase, nosotros ya nos estábamos besando. Todo el mundo se levantó y aplaudió. Mi MARIDO, ay, que bien suena, me sujetó de la mano y me llevó con él por el pasadizo entre las sillas que habían creado, éste con pétalos de rosas en la arena. Todos nos tiraban arroz cada vez que pasábamos a su lado fue todo tan bonito... Cuando llegamos al final del camino de rosas, una limosina rosa pastel nos esperaba.

-¿Ésto és para nosotros? - dije poniendo una mano sobre mi pecho.

- Sí, toda para nosotros.

Al llegar a la puerta, él la abrió y me indicó con el brazo que pasará yo primero, entré, encontrándome con un oso de peluche gigante, con un gran lazo en el cuello. Como si fuera una niña pequeña, entré lo más rápido que mí barriga me permitió, con la intención de abrazar aquel gran peluche. Lo abracé. Inspiré. Expiré.

- Adrien, este peluche huele tan bien... - dije sin dejar de abrazarlo.

- Le eché un poco de mi colonia, sé que te gusta ese olor. Es un poco raro, lo sé.

- No, no és nada raro, és genial - esta vez lo abracé lo más fuerte que pude, par después soltarlo y abrazar a mi MARIDO, creo que no me cansaré nunca de esa palabra.

- Lo has organizado todo tú, ¿verdad? - pregunté alzando la vista a sus ojos esmeralda.

- Me conoces muy bien, lo he hecho todo por ti. Eso sí, Alya colaboró mucho.

Los dos reímos. Desde el instituto, Alya siempre decía que quería montar mi boda con Adrien y yo me reía de eso. Me gustaba Adrien pero lo veía tan lejano, que nunca pensé que me casaría de verdad con él.

- Espera - dije de pronto, reaccionando y separándome de él.

- ¿Qué pasa?

- Estamos en una limosina.

- Emm... Sí, no creo que esto sea un camión.

Se rió el sólo y cuando se dió cuenta de mi cara, supo que no hacía gracia y dejó de reírse.

- ¿A dónde vamos?

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Yayyyy.... Aquí está el capítulo más esperado, creo yo. ¡La boda! He de decir que amo los peluches gigantes, sobretodo los osos peluditos, de ahí el regalo de bodas de Adrien a Marinette. Y el momento intrigante... ¿A dónde los llevará la limosina? Lo veremos en el próximo capítulo.➡️

Gracias por las 100 LECTURAS, logradas en ocho horas. 😄De verdad, no pensé que tardaría menos de cinco días, incluso pensé que no llegaría. Y aquí estamos, superándolas.

Gracias por leer. Os quiero❤️

Cambio de planes [Fanfic de MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora