Atentado.

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Un mes más tarde..

El vuelo ya casi llegaba, y el apenas estaba estacionando en el aeropuerto, aún con su bolso tirado en el asiento del acompañante, aún con el uniforme puesto y sin ducharse.. aún así estaba transpirando ante los nervios de no llegar, corrió ante la idea de que lo esté esperando, y se posicionó junto a la muchedumbre que esperaba a las diferentes personas de ese vuelo.

-. Disculpe tu eres Poncho Herrera, el jugador?-. Se le acercó un hombre, Poncho asintió con una sonrisa-. Soy un fan tuyo, que haces aquí?-.

-. Pos se me junto el entrenamiento con venir por mí novia y salí corriendo-.

-. Tu sales con la cantante verdad?-.

-. Annie, si-.

-. Me das tu autógrafo? Eres un genio en el campo de juego chavo, sigue así!-.

Poncho le agradeció al hombre y en lo que firmaba un autógrafo, la gente del vuelo comenzó a salir, casi a lo último, su hermosa novia llegaba, con cara de cansancio y de haber dormido poco, desganada se tiró en los brazos de su novio.

-. Hola mi amor-. Beso sus labios dulcemente-. Cansada?-.

-. Si, no he dormido nada-.

-. Pues entonces anda, iremos a descansar-.

-. A tu depa?-.

Poncho asintió, y Annie lo miró extrañada que aún tenga el uniforme de entrenamiento.

-. Que? Porque me miras así o que?-.

-. Aún tienes el uniforme-. Río.

-. Es que no he tenido mucho tiempo, vengo de el entrenamiento-. Annie se mordió el labio inferior al subir al auto-. Mi güera, no te muerdas así el labio, sabes que se me hace apetecible-.

-. A sí?-. Se volvió a morder el labio.

Poncho río e intento contenerse hasta llegar a la casa, aunque en el semáforo no soporto más y cruzó una de sus manos para la pierna de Annie, quien iba concentrada en el teléfono.

-. Tu tampoco has tenido mucho tiempo verdad?-.

Dijo al notar que debajo de él pantalón se encontraba la pollera que usaba para algunos recitales.
Annie lo miró y se sonrojo al ver que la mano de su novio se encontraba cerca de la intimidad suya, por lo que no pudo contenerse al volver a morderse el labio inferior

-. Te dije que no lo hagas-.

Dijo Poncho con la mirada llena de deseo, Annie le sonrió tiernamente al ver que estaban entrando al estacionamiento del edificio.

-. Eres malvada-. Le susurró a su novia. Quien tuvo que contener la risa de ver cómo Poncho caminaba intentando disimular su erección.

De esa manera fueron hacia el ascensor, donde al entrar ingresaron una anciana con sus nietos.

-. Mira abue! Ella es Annie! Hace música! Con mami la escuchamos siempre!-. Annie sonrió a la pequeña.-. Me puedo tomar una foto contigo?-. 

-. Claro que si-. Dijo sonriendo, el problema es que al agacharse para la foto el trasero de Annie apuntó hacia la erección de Poncho, algo que le jugó muy en contra. Mientras que Poncho intentaba disimular la abuelita veía a Annie con ojos de ternura.

-. Tu eres Poncho Herrera! Sos mi idolo-.

Poncho a duras penas se mantuvo cuerdo en lo que se sacaba la pinche foto, al llegar al piso se despidieron de los niños y su abuelita e ingresaron hacia el depa, solo cerrar la puerta fue suficiente para que Poncho se Avalance cual animal hacia su presa, quien recibió gustosa todos los mimos y besos que este le proporcionaba. En medio de tambaleos y tirando algunas cosas fueron hacia la recámara, a medio desnudarse, Poncho tomo a Annie de los muslos atrayendo la hacia su erección, Annie por su lado no pudo evitar jadear en cuanto sintio aquello que tanto deseaba, Poncho no perdió el tiempo y sin sacarle la pollera del recital la sentó a horcadas suya, poniendo toda la atención en sus pechos en lo que Annie se movía con su miembro penetrando la, los jadeos y gemidos se hicieron más audibles, los movimientos más frenéticos, se entregaban uno al otro sin medir, se amaban como nadie pudo hacerlo jamás. Eran el uno para el otro, eran almas gemelas bailando la danza del amor.

Vueltas de la Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora