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5. Reflexionar: ¿Bueno o malo?

•29 de diciembre.

Paseaba por la calle, con las manos en los bolsillos. Como de costumbre, estaba lloviendo. Pero no me importaba.

Me sentía importante, todos me dejaban paso, se apartaban al verme. Supongo que porque mi pueblo es tranquilo. Tan solo había robado en una tienda ( bueno en cinco), no había matado a nadie. Pero si vives en un pequeñajo y tranquilo pueblo, eres el centro de atención y a la vez su mayor temor. Pero nadie tiene fuerza como para llevarme a la carcel o intentar arrestarme. Mi pueblo se caracteriza por su tranquilidad, si hacían eso, todos conocerían su nombre, no podían permitirlo. Por lo que lo mantenían en secreto, de vez en cuando, los policías intentaban atraparme, pero yo lograba escapar.

- ¡Cuidado! ¡Esta loca!- la mujer cogió a su hijo del cuello, quería apartarlo de mi vista. Él se negó. - ¡Quítate Max, te va a matar!- gritaba nerviosa. Pero ese tal Max, se negaba.

- ¿Eres una asesina?- el niño tendría diez años. Nunca pensé que alguien tan pequeño me pudiera hacer reflexionar tanto. Pero así fue. Por varios segundos, luego OLIVIA volvió.

- Soy peligrosa- el orgullo que tenía no cabía en mi cuerpo.- Vete de mi camino renacuajo- le intenté empujar y quitarle de mi vista, pero él logro esquivarme.

- Eso no me da miedo. Mamá dice que estás loca, ¿Es eso cierto?- yo negué con la cabeza a la vez que reí- ¿Quién eres? ¿Por qué eres peligrosa? ¿Recuerdas a tu  familia y amigos? ¿Alguna vez has matado? ¿Por qué estás orgullosa de ser peligrosa? ¿Eres débil pero intentas aparentar dura?-

Por un segundo, algo que no puedo explicar, se apoderó de mí. Llevaba un cuchillo guardado siempre, por si las moscas (No preguntes donde).

- No me da miedo usarlo. No me da miedo ser una asesina- le apunté con el cuchillo y lo sujete firme y fuerte.