III: Tanto blanco hace daño.

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Un uniformado abrió la celda donde tenían al preso Slug arraigado junto a otro sujeto con el que realmente no había cruzado palabra.

—Puedes irte, rufian. — Soltó, siguiendo sus movimientos con la misma mirada de desdén con la que llego. —Pasa por tus cosas y largate.

Slug le sonrió descarado y malintencionado. Era obvio que no era del agrado de nadie ahí lo que White Hat hacía por él.
Tampoco le fascinaba, pero tuvo que aceptar su trato.

Paso por su bata y su bolsa, que habían logrado quitarle cuando el héroe se marcho. Hubo un punto en el que había estado demasiado cansado como para luchar. Por obvias razones no le entregaron sus armas. Alegó por robo en forma de broma, una no muy graciosa para el guardia.

Salió por la parte trasera, siendo segado por el sol en cuanto la puerta se abrió, había estado en oscuridad tres dias. Afuera lo estaba esperando ya un Mustang blanco conducido por un ensombreado. 
Se coloco la bata encima de sus dañadas ropas y la bolsa maltratada. Al menos los lentes estaban en buen estado.

Al acercarse la puerta delantera se abrió para él.
El camino transcurrio en silencio con el más joven recargado en la ventana.

—Hijo. — Pudo ver al jovencito tensarse. 

—Que no me llame así. — Contesto.

White lo miro de reojo un momento.

—Necesitas cambiarte la ropa.

Slug ya no respondió aquello que le parecia obvio. Lo siguiente que paso fue que se negó a entrar a una tienda de ropa con él.

Al llegar a lo que parecia ser una enorme casa con una arquitectonicamente imposible estructura en forma de sombrero.
White le entrego una muda de ropa.
Era disgustante, aunque no podía quejarse ya que tuvo la opción de elegir.
Constaba de unos jeans parecidos a los que los que usaba, y una camisa con un estampado de sombrero blanco, que por cierto le quedaba inmensa.
Se lo puso luego de tomar una muy necesitada ducha.

Le asigno una habitación, debía admitir que era bastante mas amplio y con mejores cosas de lo que había tenido en su vida, pero su vista no podía acostumbrarse a ese brillante color blanco y tonos celestes. Le estresaba, le recordaba a un hospital o un manicomio.

Pero fuera de eso era tranquilo. Tanto así que se torno aburrido muy fácil.

Algo que le llamaba la atención era que no habían otros huespedes o servidumbre, esta última se esperaría de una casa como esa.
Durante las comidas se sentía incomodo.
Así fueron sus dias durante la primera semana. Intentando evadir conversación aun si el otro intentaba buscarla.

Hasta que abordo aquel tema. Sabía que iba a hacerlo. Se lo había dicho desde el inicio. Lo había llevado para trabajar para él.

—Escucha hijo, tienes un gran futuro por delante sólo no ibas por la senda correcta. Con algo de trabajo podrás no sólo acoplarte a esto. — Fue lo que dijo el ensombrerado tras haberlo llevado a conocer su nueva área de trabajo.

—¿Y qué quieres que haga exactamente? — Inquirio. En poco tiempo había perdido el "usted" al referirse a su mayor.
—No sirvo para hacer lo que sea que creas que puedo hacer sólo porque ahora estoy "en el camino correcto" Soy un villano irredento. No puedes cambiar esa naturaleza.

—No de la noche a la mañana, doctorcito.

—Ugh, creo que prefiero el "hijo" — Reacciono sarcástico, realmente odiaba cualquier apelativo que saliera de él.
Era como si con cada jovencito, doctorcito o hijo, saliera a relucir la superioridad que ese héroe sentía sobre él. Aunque la verdad, Slug estaba seguro que no lo hacía con el propósito de hacerlo sentir inferior, era sólo un tanto empalagoso para lo que estaba acostumbrado.
—Debes estar loco y eso explicarla muchas cosas.

White Hat soltó una risa, una que desesperaba de sobremanera al joven científico ¿Como una risa podía sonar tan sincera y armoniosa en una situación tan estúpida?

—¡Eres un demente! — Espeto el doctor. —¿Enserio crees en esto? ¡Ay, que lindo! Me salvaste de una muerte que bien merecida que me tengo, ¿Luego qué? ¿Por el poder del amor y la compasión voy a cambiar? ¿Qué sigue, vas a cantarme?

—Tal vez lo haga. — Se inclino ligeramente, le sacaba demasiada altura como para encararlo tan cerca como lo estaba haciendo ahora. El muchacho tenía esa bolsa de papel puesta, pero podía notar sus pupilas moviéndose para examinar su gesto, buscando algo que le respondiera si en verdad hablaba enserio. Era demasiado ingenuo para ser malvado.

—Ya decía yo que tanto color blanco no anunciaba nada bueno de tus facultades mentales, o tal vez ese sombrero anticuado debió darme una pista. — Se escuchaba el enfado, incluso si su voz se mantenía tranquila.

—Eres gracioso Slug, pero basta de bromas. — Se enderezo, acomodando también su sombrero con una mano.

—Hay otra razón White Hat y no la quieres decir, estas dejando la gran revelación para el final. Incluso tú tienes dobles intenciones...

La cara del mas alto mostró sorpresa por un momento. Tal vez no tan ingenuo. Era claro que tenía sus motivos, pero no era un interes del tipo que el creía. Si bien quería aprovechar su potencial científico, explotarlo no era la razón por la que lo trajo consigo.

—Hu, lo sabía, nada es tan blanco en este mundo, por más inmaculado que parezca debe tener impurezas. — Hablo el menor nuevamente, asumiendo su silencio, el que calla otorga y el mayor no había contestado.

Sin embargo no se mostraba nervioso.
El niño lo estaba atacando por inseguridad, al menos así lo percibio.

White Hat comenzó a caminar, pasandole por un lado para quedar detrás de él. Lo tomo de los hombros sintiendo su tensión crecer gradualmente.

—Sé porque estas molesto. — Se inclino cerca de donde deberia estar su oído bajo esa bolsa. —Todos podemos ser mejores Slug, algunos empezamos desde más abajo que tú. Hablo de un fondo tan oscuro que no vez el final. Si yo pude hacerlo tú no tienes porque ser inmune.

Slug sintió escalofrío, pero no había podido alejarse, su cercanía no era cómoda, pero no tan desagradable como para apartarse. Aunque realmente quería preguntar a que rayos se refería con eso, no entendía para nada.

—Nos vemos en la cena, mi científico. — Dijo al momento de soltar sus hombros y separarse.

Para cuando reacciono como era debido para él, el mayor se había alejado.

—Dejaré que te familiarices con las cosas. — Dijo, estando a un paso de la puerta.

—¿No hay opción, cierto?

—Es correcto, diviertete. — Y por fin salio.

Slug se dejo caer en una de las sillas, soltando un quejido.
—Pff... Loco.

💫🌟💫

Oh bien, el hiatus fue largo pero finalmente estoy aquí. Espero que haya alguien más leyendo esto.
Agradezco a KatherineAndreaRamos por esperar y siempre comentar. Te prometi una secuela de Don't Try To Run y creeme que no lo he olvidado. ♥

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2023 ⏰

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