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how much have you resisted

—Puedo hacerte una pregunta, puedes contestar con sinceridad y... puedes responder si lo deseas, solo... tengo curiosidad.

Levanté mis ojos del cuaderno de dibujo y miré a Jeno, el chico venía de la cafetería con una taza de café, tenía un pantalón de vestir negro y una camisa blanca remangada hasta los codos, me ha dicho que ha tenido una presentación en la universidad y ha tenido que vestirse adecuadamente ya que estarían personas importantes.

La verdad he estado pensando en cómo se ve este chico malo como estudiante de pediatría, me gustaría ver eso. Jeno me da curiosidad, su color es parecido al de mi hermana, un verde demasiado oscuro, me recuerda a las hojas de los árboles, o más bien, a la oscuridad verdosa de los bosques, me da una sentimiento de curiosidad, pero a la vez es desconocido y se siente ligeramente peligroso.

—Bien, ¿qué sería? —Me acomodó en el sofá viéndolo sentarse enfrente de mí, a éstas alturas he llegado a la conclusión de que las preguntas que me haga no son demasiado importantes, y no tienen la mayor repercusión en mi estado mental.

Jeno ha evitado hacer preguntas sumamente personales, como por ejemplo preguntar sobre mi padre, mi madre, tal vez mi hermana quien no ha hecho más que preguntar por mi bienestar y de alguna manera en la que supongo que no está consciente, cuidar de Jeno. Durante las semanas en las que Jeno ha estado viniendo para hacerme preguntas específicas de mi salud, se ha cruzado con Jinseon-noona y esta le ha preguntado un montón de cosas, de su vida universitaria, de su madre que parece ser que ya se conocieron, de si le he estado ayudando, de si ha dormido bien. Supongo que tantos años cuidando de mí, de Jisung, Haechan y Chenle han hecho que acoja un hábito de cuidar de las personas menores que ella, sobre todo aquellas que se relacionan conmigo.

Jeno en cambio parece ser que ha estado bien con esto, he deseado preguntarle muchas cosas de su vida, he estado curioso, además de lo que paso la otra vez. Cada que lo recuerdo mi rostro se sonroja fuertemente, de verdad no supe que sucedió para que actuase de esa manera, pero el dolor que sentía y la debilidad fue demasiado fuerte como para pensar en algo razonable o en siquiera mantenerme de pie por mi propia cuenta.

—Probablemente sea personal, pero desearía escribir una opinión sincera... —Le he visto detenerse, parece pensar mejor las palabras antes de hacerme la pregunta, le sostengo la mirada esperando a que hable por fin. —Quisiera saber cuáles han sido tus emociones durante todos los años en que has tenido que cargar con tu... enfermedad.

La pregunta me ha tomado por sorpresa, creí que haría otro tipo de preguntas, pero esta me ha tomado demasiado por sorpresa que me he quedado mirándolo un buen rato. Nos miramos fijamente a los ojos por un buen rato, suelto una risita y dejo el cuaderno y el lápiz de dibujo a un lado, aproximó mis piernas hacia mi pecho y abrazándolas miro por la ventana.

El clima en los últimos días ha sido frío y lluvioso, hemos bajado al primer piso a la sala de descanso llena de ventanales cercana al jardín; debido al frío el dolor en los articulaciones y músculos se vuelve más fuerte pero soportable, he tenido que traerme dos sábanas conmigo y algunas comprensas calientes por si el dolor se vuelve ligeramente más insoportable de lo normal. Él y yo estamos sentados en el mismo sofá que es adecuadamente largo para no subir mis piernas sobre las suyas y también es extrañamente cómodo.

—Es... —Comienzo diciendo, mi pecho se siente extraño, algo cálido ha comenzado a aparecer allí y me hace sentir nervioso y feliz. —Es la primera vez que alguien me ha pregunta eso, es decir de una manera muy directa.

Me he girado a mirarle y él no ha apartado sus ojos de mí, no he podido evitar sonreírle suavemente mientras lo miró a los ojos, mientras más lo miró más me parece una persona del común. He escuchado las patéticas historias de algunas enfermeras y enfermeros con los que me he cruzado que están de turno cerca de mi habitación, todos dicen que parece un vándalo, que maneja una motocicleta y aunque parece genial les da miedo acercarse porque sus ojos y su expresión son demasiado fríos, pero estando cerca de él, viéndolo de dos a tres veces en la semana por los últimos dos mes, ha sido realmente una buena forma de adaptarme a sus ojos y los sentimientos que hay en ellos, no puedo deducirlo exactamente, pero sé que no es un mal chico.