Quinto recado: Entregando una declaración amorosa al diablo.

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-HwanHee-gun di 'aah'.

Su situación actual no podía ser más vergonzosa. Si pudiera clasificarla de alguna forma para que alguien más entendiera su terror categoría catástrofe sería algo cercano.

De cierta forma tener a Yoo ChangHyun, un hombre con rostro hermoso de bebé dándole de comer en la boca podía ser una especie de premio cósmico por todo lo que sufría gracias a los enredos amorosos de su jefe.

Sería un premio si no tuviera a Choi Jonghyun en el otro extremo de esa mesa de cafetería fulminándolo con la mirada. Ni siquiera disimulaba el corrosivo odio que le tenía. Le daba miedo siquiera respirar.

La gente a su alrededor los veía y reía. No le sería extraño que pensaran que estaban haciendo algún sketch cómico, estúpido y vergonzoso para youtube. Si tan solo así fuera.

Separó sus labios y aceptó ese pequeño trozo de pastel de merengue, porque ¿qué más podía hacer? Esa situación NO era su culpa.

No debía sorprenderle en absoluto que el culpable de todo fuera ChangHyun y el mismo Jonghyun; muy en el fondo de la cuestión Bang Minsu también tenía parte de la culpa. A fines prácticos, y porque ambos adultos estaban con él en una cafetería, echarle la culpa de todo y maldecir a su jefe era la mejor opción.


Todo empezó el día de ayer.

Si hacía memoria, entre bocado y bocado de pastel acompañado con la preciosa sonrisa de ChangHyun y su charla amistosa, no encontraba una buena explicación de cómo terminó así.

Lo que sí recordaba a la perfección fue la gran gama de emociones de ese día.

Había llegado en su horario habitual antes de prepararse para las muchas tareas de limpieza que Minsu iba a darle. Más allá de recados aterradores y esporádicos su principal función era limpiar y ver a su jefe holgazanear o dormir siestas en espera de nuevo clientes.

En cambio, aquel día su trabajo fue ser "prestado" a Jonghyun.

Lo primero que sintió fue indignación. No había otra forma de expresarlo, ¡Lo dio como si fuera un mero esclavo!

Y entonces luego de enojarse por ser golpeado en su orgullo el pánico lo embargó. Imposible olvidar el pedido de bebidas que su jefe hizo con anterioridad. No había vuelto a pisar esa tienda desde entonces.

Las pesadillas llenas de correas y piedras para gato se mezclaron con máquinas registradoras y bebidas de uva.

Jonghyun lo hizo llevar muchas notitas a ChangHyun durante las horas que lo tuvo bajo sus órdenes. Prefería limpiar vómito de borracho otra vez que tener que repetir lo que vivió ese día.

Solo el pollo gratis y la sonrisa dulce de ChangHyun disculpándose por el trato de su amigo lo mantuvo en pie. Cerca del final de su tortura Jonghyun le había dado una pequeña caja y una nota diferente, no estaba en un papel ordinario era por mucho más bonito y de mejor material.

Lo había llevado a ChangHyun como los demás recados. Se quedó a su lado por si necesitaba que le llevara alguna respuesta final al aterrador empleado de la tienda pero su sorpresa fue mayúscula cuando la expresión de ChangHyun, siempre amistosa, se mostró seria. Sus ojos cálidos mostraban todo lo contrario.

¿Así era como se enojaban las personas bonitas y adorables?

-HwanHee, ¿te gustaría salir mañana conmigo? No robaré mucho de tu tiempo.

-Umn, claro. Podrías preguntarle a Minsu, no creo que se oponga.

-Eso haré, entonces te mandaré los detalles luego.

Intrigado por lo repentino del pedido no vio nada extraño en aceptar.

Era un jodido ingenuo como DongYeol no se cansó de recalcar luego de su secuestro en manos de su jefe.

ChangHyun había respondido algo en el papel que Jonghyun le mandaba y se lo paso.

-Puedes...

-¡Claro!-Sonrió más en confianza. Ignoró la molestia que el ligero dejavú de esa situación le generaba al tomar la respuesta-Llevaré esto al jefe Choi. Nos veremos mañana entonces.

-Te lo encargo.

Ese fue el último intercambio de palabras que tuvo con ChangHyun antes del desastre.

Al regresar a la tienda y entregar la respuesta a Choi Jonghyun lo vio sonreír, por primera vez, de una forma sincera y feliz. Se veía increíblemente atractivo de esa forma.

-Es todo por hoy, pequeño HwanHee. Puedes regresar bajo las alas de papá Bang.

Esas habían sido sus últimas palabras con Jonghyun.

Ahora, en tiempo presente, estaba ahí siendo el estorbo en ¿una cita romántica?

Fue invitado por ChangHyun así que eso lo hacía a él la cita y a Jonghyun el amante despechado.

La sola idea lo hizo sudar frío.

Quería llorar.

Vio asombrado una sonrisa maliciosa de ChangHyun antes de sentir sus finos dedos en su cabello acomodando un mechón rebelde. A los segundos escuchó un sonido que casi lo hace chillar, resulto ser la mesa siendo castigada por el puño de Jonghyun.

Quería llorar mucho y muy fuerte en un rincón solitario.

-HwanHee-ah, nunca, pero nunca te declares ni invites a alguien especial a una cita por un pedazo de papel. Sé un hombre.

-Gracias por tu consejo, hyung-Respondió poniendo para el adulto que seguía mimándolo en público la mejor sonrisa que tenía.

Haría bien en recordar en las dos semanas que le quedaban de trabajo que ni Daniel y ChanHee, los empleados que parecían lo golpearían, ni Jonghyun, el chico con una mirada seria que lo estremecía, eran oponentes para Yoo ChangHyun en verdadera malicia e intimidación.

Fin (?).

Notas finales: Hay un extrita HwanXiao que espero disfruten.

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