❮Solo un iluso❯ Fell!Poth

Capítulo 3

Cuando los primeros rayos de sol se asomaron por los edificios, el de gorra ya estaba desayunando, era una de las pocas personas que se despertaban muy temprano.

Tenía el turno de la mañana en su trabajo, así que era mejor salir lo antes posible para no llegar tarde.

Antes de irse, fue a la habitación que ahora compartía con Lotus, este descansaba tranquilo en la cama.

Su mano acarició de forma delicada su pómulo, unas cuantas huellas de lágrimas todavía eran notables.

No importaba que hiciera, siempre hacía llorar al mayor aunque no fuera su intención.

...

Lo primero que escuchó al despertar fue el sonido de una llamada que provenía de su celular.

Mientras se sobaba su cuenca izquierda, tomó su celular y respondió.

—¿Diga? —Pregunto con una notable voz cansada.

—¿L-lotus?

No esperaba que pronto hubiera una llamada desde su casa, se iba por un día y ya pasaba algo.

—¿Ahora qué paso, Raven? —No estaba para cualquier tontería, así que esperaba que fuera grave.

—¿P-podrías venir a casa?

—Si me dices para qué quizás —Rodó sus cuencas molesto.

—Bueno...—-Al otro llamado de la línea hubo un gran silencio hasta que por fin su hermano menor habló— Es que Shino se cayó.

—¿De dónde?

—De las escaleras —Podia notar la voz temblorosa del menor— ¿Qué hago? No responde...

—Ya despertará, supongo que el golpe la dejó inconsciente, ya me ha pasado, seguro en...

—¿Y si está sangrando?

...

El jefe le mandó a guardar unas cuantas cajas en el almacén, acató la orden de mala gana, podrían darle algo más importante que eso pero no podía quejarse, recién iba un mes en este trabajo.

—¿Molesto?

Detuvo su labor al ver que su compañera de trabajo está ahí.

—¿Qué quieres, Cinthya?

—Nada, solo quería asegurarme si hacías bien tu trabajo —Se agachó junto al contrario— Después de todo, de eso me encargó yo, fijarme si muchachos como tú son capaces.

—Lo soy, no lo dudes —Se paró de su lugar e iba caminando a la salida del almacén.

—Cuando estás de mal humor no llegas a estar concentrado, entonces haces algo mal y sabes que ese es tu fin —Imitó la acción del contrario, y pasó por su lado antes de que él salga— Así que... ¿No quieres hablar de ello?

—No, aunque si fuera en un cita talvez cambiaría de opinión —Paso su brazo por la cintura de la contraría y se acercó a su rostro coqueto— ¿Qué me dices?

—No sé si sabes que soy mayor que tú pero bueno, acepto.

Rurik soltó a la de menor estatura para que luego ella saliera por la puerta, aprovechó para admirar la figura de la mayor.