Capítulo Dos.

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"Buenos días profesor Kit" me saludaron mis alumnos al ingresar al aula.

"Buenos días pequeños" respondí con una sonrisa mientras observaba como cada uno iba a su lugar "¿Cómo pasaron el fin de semana?"

Solo tomo un segundo para que todos los niños empezarán a gritar. Todos querían contarme que hicieron. Era emocionante ver cómo que con tan solo ir al cine, a la casa de un familiar o al supermercado, para ellos, era lo mejor del mundo. Sus sonrisas se hacían gigantes mientras me contaban todo. Entre todo el alboroto, había una mano levantada que llamo mi atención.

"¿Qué sucede Phana?"

El pequeño niño de 8 años me miró y pregunto "¿Dónde está Wayo?"

Eso sí que me sorprendió. Justo cuando estaba por responder, golpearon la puerta. Ignorando la mala mirada en la cara de Phana, abrí la puerta.

Joder.

El hombre más guapo que he visto en toda mi vida estaba adelante mío. Penetrantes ojos oscuros me devolvían la mirada, una parte de su cabello caía delicadamente sobre su frente, y sus labios, joder. Sus labios eran la cosa más llamativa. Parecían tan suaves y esponjosos.

"¡Profesor Kit! ¡Lamento llegar tarde!" Saliendo de mis pensamientos visualice a Wayo que me sonreía con un poco de vergüenza. "¡Es culpa de mi papá! ¡Él no se quería levantar!" Rápidamente de excuso. El padre de Yo se sonrojo ligeramente y me sonrió en modo de disculpa.

Le sonreí a ambos. "Tranquilo Yo, llegas justo a tiempo. Phana acaba de preguntar por ti. Entra." El pequeño dio un salto ante la mención de su compañero y se colocó aún más rojo.

"¿Ph-Phana?¿Pregunto por mí?" Sus ojitos brillaron. Y joder, los niños de hoy en día son más rápidos de lo que yo soy para tener novio.

El papá de Wayo que se había mantenido en silencio hasta el momento decidió qué era hora de hablar. "Y ese Phana... ¿Quién es?"

Mierda. Siento que he insultado más en estos últimos 2 minutos que en toda mi vida. Pero, vamos, su voz es hermosa. Juro que si se dedicará al canto le iría muy bien.

"Un amigo" Wayo respondió sacándome, por segunda vez en el día, de mis pensamientos.

"Adiós papá" Wayo besó la mejilla de su padre y salió corriendo. Desde la puerta vimos como se acercaba a Phana y este le cedía el asiento que, anteriormente, estaba ocupado con su mochila mientras le sonreía y comenzaban una charla bastante animada por lo que se veía. Sonreí, que lindo es el amor infantil. Un carraspeo me hizo recordar al hombre en la puerta.

"Un gusto, soy el padre de Wayo" me sonrió cuando gire "Mi nombre es Ming, y realmente siento la demora" estiró su mano para saludar mientras mantenía su sonrisa.

Tome su mano para saludarlo. Aunque no lo aparentaba, el apretón que me dio me dijo que era un hombre fuerte "No sé preocupe, recién entraron los niños. Mi nombre es Kit, soy el profesor de Yo".

"Si.. Yo me ha contado mucho de usted. Dice que es su profesor favorito." ¿Por qué no deja de sonreír? ¿No ve que me distrae?

"Yo es un buen alumno. Siempre está emocionado en aprender las cosas nuevas, es bueno con todos sus compañeros y muy educado." Cuando termine de decir eso nos miramos durante un largo tiempo. Sus pestañas sean largas y estoy seguro de que cualquier mujer envidiaría lo negras y arqueadas que son. Su nariz no era para nada fea y su...

Un ruido de cosas cayendo me hizo volver al mundo real. Estoy en el trabajo. Ming es padre de uno de mis alumnos. ¿Qué estoy haciendo?. Rápidamente gire para ver qué sucedía. Nada grave. Solo uno de los pequeños tiro sus lápices de colores y estaba llorando.

"Creo que es momento de que me vaya" volviéndome a Ming me disculpé.

"Lo siento señor"

Agitó la mano, como si estuviera espantando mis palabras y dijo "No hay problemas, sé que trabajar con niños es difícil. Y por favor, dime Ming. No nos llevaremos más que unos 2 o 3 años".

El llanto del niño se hizo más fuerte. Yo tenía que ir con el pequeño para calmarlo. Ming me miró y entendió. Era hora de que se vaya.

"Fue un gusto conocerlo profesor Kit. Espero volver a verlo" mis mejillas de sonrojaron cuando dejo un beso en estás.

"Igu-igual-mente" mi voz salió inestable. Él me miró, volvió a sonreír y se fue dejándome atontado. Que hombre.

Cerré la puerta y atendí al pequeño que lloraba. Cuando se calmó empecé las clases.

Después de un rato, sentí que alguien me miraba. Alzando la cabeza mis ojos se fijaron en un niño en particular. Wayo. Me estaba mirando de una forma extraña. Le sonreí con una mirada curiosa. Él me miró y después de un rato me devolvió una sonrisa aún más grande y siguió con su tarea. No sé qué pasaba por su cabecita pero lo deje pasar.

Y mientras los pequeños hacían su tarea, yo pensaba en que si ciertos labios realmente eran tan suaves como parecían ser.

852 palabras.

Wow.

Nunca pensé que podría escribir tanto.
Seguramente parezca poco, pero para mí es un gran logro.

Gracias por leer ♥
Y aunque no lo puedan ver, cada vez que dejan su estrellita,
Yo me emociono y salto de alegría.

Gracias por darme una oportunidad.

Después de más de 6 años como lectora, creí que era mí turno de plasmar mis ideas.

Muchas gracias.

Red

¡Quiero que seas mi papi! »MingKit«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora