Luna

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- Lindo nombre - Dije sin querer darle mayor importancia.

- Si, un hermoso nombre - Dijo aquel hombre para luego hacer una pausa y beber de su trago.

- Ella era toda una historia, un tesoro oculto a plena vista - Añadió seguido de un suspiro.

Valeria es una chica muy hermosa y escasa hoy en día. Nació en un lugar muy tranquilo rodeada de amor y llena de mucha esperanza. Fue criada en un ambiente familiar. Amaba la tranquilidad y la privacidad, era muy tímida. Creció amando las historias de amor, inventadas y creadas. Donde el hombre es todo un caballero. Soñaba con ser enamorada no sólo con palabras. También con tiempo, respeto y actos sinceros. Ella es muy morena, intensa y semejante al carmesí. Sus manos tan frágiles como una vasija de barro; Que por un mal movimiento puedes echar a perder todo el trabajo hecho con amor por no valorar el tesoro que acabas de encontrar. Ella es como el chocolate blanco... Que por cierto lo ama. Su abdomen firme y como un valle plano. Su trasero es semejante a las montañas del prado.

Ella era fría, pero a la vez tierna. Tenia esa extraña forma de hacerse notar haciendo como que no le importaba nada, podía elevarte al cielo, o hacerte sucumbir en el infierno con tan sólo una palabra... Era bella, tenía un hermoso cabello castaño oscuro y corto, unos ojos que hacían que te perdieras en ellos, más que eso, eran una cárcel de la que nadie quisiera escapar. 

Dicen que los ojos son la ventana al alma. Pues si, su mirada transmitía libertad, encanto y alegría. Sus ojos son como las ventanas al cielo llenos de amor, son como diamante incrustado y su voz era melodiosa y alegre. En fin tiene unas manías adorables, una forma de caminar muy peculiar. 

Un día como cualquier otro ella se levantó para ir a sus clases aunque especialmente ese día se despertó algo tarde, estando ya en la estación se encaminó al andén justo cuando vio que el tren llegaba, cuando éste se detuvo para abrir sus puertas ella salió disparada hacía él, sabia que si no tomaba ese tren llegaría aun más tarde, encaminándose al interior del tren vio un lugar disponible al cual se dirigió apresurada chocando con un chico justo cuando estaba por sentarse en dicho lugar, ambos se vieron y sonrieron. Él por su lado decidió cederle el lugar y sentarse en un asiento libre que estaba justo al frente de ella. Valeria algo ansiosa por llegar pronto decidió matar el tiempo continuando su libro, al iniciar su lectura notó que la miraban, era ese chico, con una sonrisa le preguntó si estaba interesado en el libro a lo que él contestó con entusiasmo. Comenzaron a hablar del libro, luego hablaron un poco de ellos, cuando finalmente llegó la estación del chico éste le pregunta si le daría su número. Ella aunque algo nerviosa acepta y se lo da, ya saliendo el chico pregunta su nombre.

- Valeria... - Dice tímidamente. 

A lo que el chico contesta - Lindo nombre, soy Gabriel un gusto conocerte-

Luego de eso el desconocido se queda en la estación, no podía evitar sonreír pensando en aquel grato aunque extraño momento.

- El metro y sus casualidades - Dijo sarcásticamente sonriendo, mientras seguía su lectura.

''Ella siempre dice que en todas sus historias hay un tren, y en un tren la conocí...''

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