Gritos de dolor por todos lados, un calor abrazador que realmente puede sofocar, la ceniza cae por todos lados como si fuera una nevada, creaturas de todas formas y tamaños, un suelo desértico y debajo un rio de lo que al parecer es sangre, a los alrededores hay muchos árboles secos; parecen salidos de una película de terror y por ultimo a lo lejos se ve una especie de atalaya; una torre muy grande con picos en todo su entorno y en la punta más alta se alcanza a ver una llama de un tono magenta.
- ¿Entonces así es el infierno? – pregunte con un tono sarcástico ya que era obvio donde nos encontrábamos
- Así es, es necesario que sepas la verdad detrás de todo lo que ocurre- dijo Rodrigo señalando aquella enorme torre que se veía a lo lejos - ¡ahí!, podrás saber la verdad de todo y del porque sucede esto y porque ahora
Nos dirigimos a aquel lugar, como si fuéramos dos exploradores descubriendo un nuevo mundo, al parecer Rodrigo estaba muy nervioso, caminaba de forma sigilosa; mirando alrededor como si alguien o algo lo estuviera siguiendo; ¿acaso era un crimen que estuviéramos ahí?.
Durante la mitad del camino pudimos avanzar sin ningún percance perjudicial para ambos, pero justo cuando llegamos al principio de un bosque con árboles que a diferencia del resto; estos estaban llenos de vida; apareció una mujer con una túnica negra que solo dejaba ver su rostro, un rostro que era hermoso de verdad, ella tenía en particular unos ojos de un tono verde olivo que resaltaban mucho, como si fuesen dos reflectores encendidos.
- ¿Qué quieren?- pregunto la dama misteriosa
- Nosotros queremos pasar por tu bosque de la sabiduría
- Por supuesto que pueden, pero antes necesitan hacer un sacrificio de sangre- al mismo tiempo que señalaba una daga y una vasija vieja
- De acuerdo Aradia, será como usted quiera- contesto Rodrigo haciendo una pequeña reverencia hacia la misteriosa mujer.
- ¡esperen!, yo no pienso dejar mi sangre aquí – exclame con mucha furia – no sé quién es ella y no le entregare mi sangre
- Pequeño niño- dijo Aradia en un tono muy dulce- yo no quiero tú sangre, es sólo una pequeña aportación para el bosque de la sabiduría, que podrá crecer un poco más con tu sangre; la cual lleva toda tu información de vida
- Solo hazlo Andrés, estaremos más seguros si pasamos por el bosque- se dirigió Rodrigo hacia mí
Realmente estaba asustado, pero una parte de mí ser sentía familiaridad con todo esto, como si yo ya hubiese estado aquí anteriormente.
Observe como Rodrigo cortaba la palma de su mano con aquella daga y al hacerlo escurrían unas cuantas gotas de sangre, las cuales deposito en aquella vasija; después de ese pequeño ritual, él me ofreció la daga esperando que hiciera lo mismo, pero cuando la tomé entre mis mano, empecé a escuchar un pequeño susurro que me decía una y otra vez "no lo hagas, mata a la demonesa", mis manos comenzaron a temblar y fije mi mirada en la dama encapuchada, por la mirilla del ojo vi como Rodrigo trato de evitar lo que iba a suceder, pero fue demasiado tarde; lance aquella daga hacia esa mujer tan bella que al parecer sabía lo que iba a suceder ya que pudo evitar que aquella arma cayera en medio de sus ojos verdes, deteniendo el cuchillo con su mano, no sin habérsela herido.
- Pagaran esta atrocidad- reclamo Aradia con su mano cubierta de sangre- el precio que exijo son sus cabezas
Al instante un ejército de lo que parecían ser demonios apareció frente a nosotros con afán de luchar; pero en ese mismo instante Rodrigo empezó a mutar hasta transformarse en una creatura de aspecto muy siniestro; su cuerpo se tornó de un color rojo escarlata, creció dos veces su tamaño, en su espalda colgaban dos alas que se asemejaban a las de un dragón, en su frente crecían dos prominentes cuernos torcidos y su rostro que aunque aún se conservaba hermoso, tenía un aspecto frio y sanguinario.
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CIELO, TIERRA E INFIERNO
General FictionAndrés es un chico de 18 años que descubrirá un mundo nuevo que involucra al cielo, al infierno y a la tierra. Dónde él junto con Rodrigo tendrán que salvar la integridad de la humanidad.