Esclava De Tu Amor

Capítulo 1

Mikasa.

Al igual que muchas personas odio los funerales, odio el ambiente de tristeza y todo lo que tenga que ver con ese tipo emociones, pero aquí estábamos, mis padres y yo en el funeral de Grisha, el mejor amigo de mi padre, el día de ayer nos llamaron en la madrugada para avisarnos del fallecimiento del señor, no supe realmente la sucesión de los hechos, pero al parecer al señor Grisha lo torturaron para después dejarlo en la puerta de su casa.

La señora Carla y su hijo se veían realmente abatidos, ¿Y cómo no? Una vista realmente desagradable perder parte importante de la familia, Eren y yo vivíamos en el mismo departamento, en la misma ciudad lejos de nuestros padres, trabajábamos como programador e ilustradora para distintas empresas, pero con lo que paso el me comentó que planeaba quedarse a cuidar a su madre y entendía a la perfección su situación.

-Mamá, en un momento regreso. – En el mirar de mi madre estaba la duda, en esos ojos tan cansados y tan expresivos. – Me siento tan abrumada, solo quiero un poco de aire. –

Ella asintió y me dejo ir, la funeraria a pesar de ser un lugar donde las personas lloran a grandes cantidades la perdida de alguien era un lugar elegante, pulcro y los colores daban ese ambiente que da una funeraria pero había algo más que me es muy difícil describir, por fortuna había una pequeña sección para los fumadores y por ende me acerque para fumar, no era mucho, pero mi cajetilla siempre la mantenía conmigo, el que fuma con frecuencia es mi gran amigo Eren.

En el pequeño lugar estaba una chica de cabello rubio y una estatura pequeña levantando las colillas de cigarro que estaban en el área verde, por lo que pude ver no estaba muy contenta porque aventaba las colillas muy molesta mientras murmuraba cosas, solo se escuchaba sonidos desde la garganta, al estar a una distancia bastante considerable era muy obvio que no le encantaba aquello, coloque el cigarro en mis labios después poder encenderlo, o eso pensaba ya que mi encendedor no quiso cooperar a tal acción, por más que giraba el pedernal no soltaba llama alguna, solo eran las puras chispas.

-Si eres de las personas que tira la colilla al suelo o a las plantas, lárgate de este lugar. – Una voz me hizo sobresaltar pues estaba tan concentrada en mi cigarro que no pude fijarme que la chica me estaba viendo con una expresión bastante seria. Tome una posición firme, ¿Quién era para hablarle así a las personas? No era más que una chica con mal humor, así que opté por ignorarla.

Volví a dirigir mi atención a mi cigarro y al estúpido encendedor que no quería hacer su maldita función, realmente me estaba empezando a fastidiar un poco, aventé el encendedor al suelo con una gran fuerza que explotó, el plástico salió volando en muchas direcciones, revise por todas partes para ver si la chica rubia no estaba, sinceramente quería evitarme los regaños, me agache para recoger los pequeños pedazos, solo a mí se me acurre hacer esas idioteces.

-No enciendes, pero si explotas, maldito. – Murmuré.

-Quizás ese encendedor este mejor así que estar contigo, lo has librado de su sufrimiento. – Esta vez la voz no me asustó, incluso la presencia de ese ser podría ser mi salvación.

-Es bastante ilógico lo que estás diciendo, Eren – Lo miré directo a los ojos mientras me levantaba de suelo con los pedazos de plástico en mano, lo más desagradable todo era el líquido que tenía un olor horrible.

-Solo lo dije para eliminar tu frustración con el objeto. –

-Agradece que no eres tú. – Afortunadamente estaban esos contenedores donde se ponen las cenizas y aparte puedes tirar la basura. Tire todo al carajo, y me acerqué a Eren, lo bueno es que siempre cargo con gel anti-bacterial y algo de papel, me limpie la mano y volví a sacar el cigarro.