Capítulo 3

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Han pasado 5 días desde que visitamos el local de tatuajes y no, no me hicieron las líneas, apenas y terminamos el diseño, tampoco volví al local ya que me he dedicado en buscar un lugar en cuál vivir, encontré una casa bastante pequeña, pero a muy buen precio, el dueño me comentó que lleva mucho tiempo deshabitada, que si era posible en dos pagos lo liquido y el me das las escrituras. Platicándolo con mis padres me comentaron que estaban de acuerdo, a lo que pide el señor solo me falta una cuarta parte, ellos me proporcionaron lo que necesitaba, a pesar de que me negué varias veces, aunque el proceso de las escrituras sería tardado a lo que entendí y la mudanza se va a tener que posponer un mes.

Ahora, me encontraba a las afueras de una tintorería comprando peras de un puesto que se encuentra ahí, buscando algún lugar en el cuál distraerme, eran pasando de medio día, Eren estaba conmigo hace menos de 20 minutos, pero de su trabajo le hablaron para arreglar unas cosas, sin pensármelo dos veces lo corrí para que pudiera concentrarse, caminé lentamente hacía al quiosco que se encuentra cerca, mi objetivo era ver que es lo que pasaba siendo muy temprano todavía. Tomé una pera grande y la empecé a mordisquear, todo a mi alrededor estaba muy cambiado, las áreas verdes se veían mejor de lo que recordaba también me di cuenta de que algunas de las estructuras del antiguo pueblo estaban intactas, esa parte se veía todavía viejo, pero más arreglado.

-Tú, dame tu número. – Escuche una voz de mujer, el tono no me agrado para nada, sabía de quien era la voz.

-No. – Al girarme pude confirmar que era la rubia.

-Ymir no me lo quiso dar. – Se sentó a un lado mío en la banca.

-Sus razones tendrá. – Seguí mordiendo mi pera, la vi de reojo y ella estaba viendo los pocos niños que estaban patinando en el quiosco.

-Me dio un sermón tonto. – Tosió un poco. – ¿Me lo darás o no? –

-Cuando me lo pidas con educación. –

-Eres igual que ella. – Bufó.

-Tu eres igual que ella cuando iba en la preparatoria. – Le acerqué la bolsa de peras ofreciéndole una.

- ¿Talentosa y hermosa? – A pesar de ser un chiste, eso creo yo, se escuchaba seria. Ella accedió a tomar una pera para morderla.

-Egocéntrica y maleducada. – Aclaré. – Tarde mucho para que pidiera bien las cosas. –

-Si, si, no importa, ¿Me lo das? – Volteé los ojos, ella me miró a la cara, su expresión seria no cambio para nada.

-No. – Suspiró en frustración. – Además, ¿Para qué lo quieres? –

-Quiero ver cuando podemos iniciar el tatuaje, ya terminé bien el boceto, también ver cuando programar por las sesiones. – Ella quedó un rato en silencio, al ver que no cedía, giro la cabeza para murmurar algo y luego verme de nuevo. – Me das tu número, por favor... Que sea rápido porque Historia me espera en la funeraria. –

-No me gusto tu intento, pero algo es algo. – Tome una de mis tantas tarjetas de presentación y se la entregué, ella lo leyó detenidamente. Se levantó, colocó la pera en la boca mientras que guardaba la tarjeta y se limpiaba el trasero.

-Bien, cuando pueda te mando mensaje. – Dijo cuando se sacó la pera de la boca y movió su mano en señal de despedida, sin decir otra cosa se marchó.

La vi marcharse hasta que me aburrí, si me pongo a pensar, esta chica es pesada de cierta manera, pero he de admitir que su trabajo es magnífico, su trazo es impecable, su sombreado espectacular y su mezcla de colores, Dios, es estupendo, todo esto lo digo porque vi fotos de su creaciones en una carpeta que ella medió, mientras hacía ella el primer boceto del diseño no hablamos casi nada solo para preguntar que agregar o que quitar y aun así me cautivo su trabajo.

Esclava De Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora