Prefacio:

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Bar-Club Crugmore.

31 de Diciembre, 2018.

Hora: 9:30 pm.

-¿Qué está pasando?

Sonidos ensordecedores-aterradores mezclados con gritos de mujeres se escuchaban por todo el bar. La mirada de Eve recorría todo el lugar de arriba abajo sin comprender que estaba ocurriendo. ¿A caso ese era el regalo de año nuevo?

-¡Eve, reacciona!- le gritó Itzel tocándole la cara e intentando que la vista de Eve se enfocara en ella.

Lentamente movió la cabeza hacia ella. De la cien de su amiga corría un hilillo de sangre al igual que de la comisura derecha de sus labios. Abrió la boca intentando decir algo, pero inmediatamente la volvió a cerrar sintiendo una fuerte punzada en la cabeza. Eve se llevó la mano a lugar donde le dolía sintiéndolo húmedo. Frunció el entre ceño y volvió su mano al frente mirándola confundida.

Sangre... tenía sangre.

-¿Pero qué rayos ha pasado...?

-Ahora no hay tiempo para explicaciones-Itzel se pausó con una mueca atemorizada-Tenemos que salir de aquí.

Eve asintió con la cabeza y se paró con ayuda de Itzel. Una vez más, Eve recorrió el lugar con la mirada mientras veía varios rostros conocidos hiendo de un lado para otro... maestros, compañeros de clase, los Ross y Xander... pero por ningún lado veía a Joshua. ¿Estaría bien...? ¿Ya había podido salir? ¿Por qué no estaba con los demás?

-Fue ella... fue su culpa- susurró lentamente Itzel llamando la atención Eve- Nos quiere ver muertos... a todos.

-¿Ella?... ¿Itzel de que estás hablando?

Itzel le lanzó una mirada antes de volver la mirada al camino.

-Koroleva...-Eve se tragó un respingo al escuchar el nombre- Tuvo que haber sido ella. Odia a los Ross y todo lo que tiene que ver con ellos. Seguramente le pareció divertido arruinar su fiesta y matar a sus invitados.

-No lo creo...

-¡¿Por qué...? ¿Por qué pareces siempre defenderla?!

Eve se quedó callada al escuchar la rabia y el rencor en la voz de su amiga. Itzel tenía razón todo indicaba a que era ella, pero le era imposible creerlo...

-¡Respóndeme!

-Mejor dejemos esto para después...

Ambas continuaron corriendo y esquivando a las personas que como ellas huían del lugar despavoridos. Buscaron con la mirada una salida y a pesar de Eve conocer a la perfección el bar, en ese momento de pánico y horror todos sus pensamientos se vieron bloqueados y lo único que la hacía moverse eran Itzel y sus instintos de supervivencia.

Eve fue a abrir la boca para decirle donde estaba una de las salidas-que luego de unos minutos- había recordado, cuando los ojos y boca de Itzel se abrieron con una mezcla de sorpresa y horror. Eve giró la cabeza moviéndola hacia donde miraba su amiga y lo vio: Xander. Él chico estaba parado junto a la salida con el rostro manchado de sangre al igual que su ropa y sus manos, junto con dos chicos que estaban en sus mismas condiciones.

-¿Ese es...?-la voz de Itzel templo y Eve asintió con una mirada seria.

Eve tragó saliva nerviosa mirando a Xander y detallándolo con la mirada. El chico parecía estar bien y no se le veía ninguna herida a simple vista... pero lo que la hizo tragar saliva nerviosa,no fue su apariencia sino lo que traían los tres chicos en sus manos: pistolas.

La mirada de Xander se topó con la Eve, transformando totalmente su cara en una cruel y sádica sonrisa. Eve aguantó la respiración obligando a Itzel a dar un paso hacías atrás y poniéndose delante de ella.

Itzel intercaló la mirada entre ambos chicos, viendo palabras no dichas en los ojos de ambos, como si estuvieran hablando y Eve le pidiera algo a él. Eve tensó los hombros al comprender todo lo que estaba ocurriendo y volvió la mirada a su amiga. Itzel le devolvió la mirada y luego miró hacia Xander y lo vio asentir hacia los otros dos chicos.

En los ojos de Eve se podía apreciar el más puro de los terrores y la decepción. Ella no quería eso, pero él había tomado su decisión. Ambos chicos junto a Xander levantaron sus pistolas apuntando a las dos chicas que ahora se abrazaban intentando protegerse una a otra. Cerraron los ojos y luego solo escucharon el sonido de las balas acercándose a sus cuerpos.

LA DEUDA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora