INNER SCARS (+18) DARYL DIXON

c u a r e n t a y c u a t r o .

Al abrir los ojos gracias a los molestos rayos de luz que entran por el ventanal de la habitación, refriego mis parpados con mis nudillos y luego recuerdo lo ultimo que vi antes de caer en un profundo sueño: Daryl a mi lado, durmiendo con expresión pacifica en su rostro.

Inmediatamente estiro uno de mis brazos en busca de su cuerpo pero simplemente me encuentro con su lado del colchón vacío y frío por su ausencia.

No me sorprende pero una parte de mi esperaba despertar junto a sus ojos azules mirándome, aunque se que aun no es momento.

A mi lado, junto a la cama en la mesa de luz hay un termo con una bebida humeante dentro y dos rebanadas de pan que al llegar su aroma mi nariz el apetito se me abre al instante, recordando que anoche me he saltado la cena.

Me acomodo contra el respaldo de la cama y decido tomarme solo unos minutos para desayunar en la cama, pretendiendo que lo que pasa fuera no existe.

Tomo entre mis manos el termo llevándome la grata sorpresa de que el te dentro de el aun esta caliente por lo que significa que quien lo trajo, lo hizo no hace mucho tiempo.

En cuestión de unos pocos minutos acabo con todo. Salgo de la cama y me dirijo al baño para higienizarme, luego saco del pequeño armario unos jeans y un suéter para volver a calzarme con mis borcegos de siempre.

Acomodo mi cabello detrás de mis orejas y corro las cortinas de la ventana dejando entrar la luz del sol completamente en la habitación para que se airee un poco. Desde mi lugar observo como al parecer Hilltop esta en marcha desde temprano con los herreros haciendo lanzas, los obreros terminando con la cerca de los Salvadores y Jesus dándoles algo para comer.

Acomodo un poco las sabanas y acolchados sobre la cama antes de salir con mi cuchilla colgada en mi cadera, siempre preparada por si la necesito.

Bajo las escaleras encontrándome con gente apurada y casi corriendo por los pasillos de la Casa Barrington, varios me saludan con un gesto de cabeza o alguna sonrisa y yo respondo de la misma manera.

—¿Por que tanto alboroto? —pregunto al encontrarme con Enid a los pies de la escalera.

—Rick y Michonne acaban de llegar... creen que los Salvadores atacaran esta noche, aquí. —quiero preguntarle mas sobre lo que me cuenta pero ella apurada, desaparece en medio de la gente.

Confundida camino hasta las grandes puertas de la antigua oficina de Gregory y golpeo contra la madera un par de veces y espero un par de segundos hasta que Maggie abre la puerta.

—Pasa, Vee. —dice amablemente abriendo la puerta por completo para dejarme pasar. Una vez dentro ella la cierra detrás de mi. —Estabamos discutiendo como nos vamos a preparar para esta noche.

Maggie pone una mano sobre mi espalda y me lleva con ella mas adentro de la habitación para que me siente en uno de los sillones que rodea la mesa ratona donde hay un mapa de Washington con las comunidades marcadas y los puestos de vigilancia de los Salvadores, los mismos que yo conseguí.

Un escalofrío culposo recorre mi espalda al recordar a las mujeres que les prometí volver para sacarlas del Santuario.

Rosita retoma la conversación donde al parecer la habían dejado antes de que yo interrumpiera.

—Deberíamos reforzar nuestros puntos de vigilancia, sabemos que ellos tenían muchos gracias a Verónica pero ¿que tal si hay mas?

—Tengo gente ahi afuera cada 800 metros. —responde Maggie cruzándose de brazos. —No puedo mandar a mas nadie. Necesito ayuda para controlar a los Salvadores que tengo como rehenes.