Nuestra Aflicción

Capitulo 3

Nunca en mi vida había tenido problemas con los lunes. Me parecían un día normal. Un día mas que pasaba. Pero eso pronto iba a acabar.

Desperté ansioso, activo y muy feliz,no sabia la razón. Como todas las mañanas baje a desayunar. Como raro, estaba solo. Mi madre salia muy temprano a trabajar y mi hermano estaba ya en la escuela. Eran las 9:30 am. Estaba temprano. Agarre mi celular y puse mi lista de reproducción en spotify para desayunar.
Fui directo a la cocina y busque entre todas las puertas mi cereal favorito. Nunca había aprendido su nombre, de todos modos era mamá quien lo compraba. Desde que siempre he comido este cereal. Es una especie de estrellas con mucha azúcar y chocolate por los lados. Me encantaba. Tome la leche y la verti en un tazón.

Mientras escuchaba Lana del rey y comía mi delicioso cereal me di cuenta que había un auto estacionado justo enfrente de mi casa. El ruido del teléfono me saco de mis pensamientos. Mire la pantalla. Mamá...

-Hola ma- respondí  muy animado.

- Cariño, temía despertarte. Pensé que seguias durmiendo...- hizo una pausa, conocía es voz, mamá estaba nerviosa.

-¿Que pasa ma?

- Me conoces tan bien hijo... - volvió a hacer la misma pausa..- necesito que hablemos, alistate, en 20 paso por ti.

Deje mi delicioso cereal sobre la mesa y fui a alistarme. Me desvestí frente al espejo. Me di cuenta que estaba delgado y mi piel mas palida de lo normal,mis abdominales aun se mantenían en forma... Pero no tanto como antes. Deje de verme y me sumergí en la bañera. Amaba bañarme.. Era como mi momento favorito del día. No se como puede haber gente que no le guste bañarse, a mi me encanta.

Recordé que mama pasaría por mi dentro de poco y tuve que darle fin a mi baño.

Salí y como de costumbre busque en mi armario mis boxers, busque un pantalón vinotinto y un buso gris. Mis vans negras. Peine mi cabello hacia atrás y baje a la sala a esperar a mi mamá.

Cuando llegue al piso de abajo ella ya estaba ahí. No tenia cara de haber tenido una buena noche, sin embargo me acerque y bese su mejilla, ella sólo siguió al carro. Salí de casa y cerré la puerta tras de mi con llave. Subi al auto y espere mientras arrancábamos.

Pasados 10 minutos supe que algo iba mal,  mamá no hablaba ni yo tampoco. Estaba un poco cansado del silencio pero no me atrevía a preguntar a donde íbamos. Espere ansioso mientras ella parqueaba el auto. Salimos del auto y me atreví a ver su rostro.. se veía cansada y algo disgustada. Algo estaba mal.

Entramos a un restaurante, bastante calmado. Era algo como Italiano pero no le preste atención al nombre. Mamá pidió una mesa para dos. Seguimos la mesera quien me veía como un pedazo de carne a punto de ser devorado. Me senté y mire a mi madre a los ojos.

-Deja de verme así por favor, quiero ser lo mas sincera posible contigo. Sabes que desde que nos mudamos hemos tenido ciertos problemas de dinero. La empresa esta bien, los jefes me aprecian y me han prestado un dinero.- hizo una pausa de esas que ya empezaba a fastidiarme-... Lo que quiero decir hijo...- tomo mi mano y la entrelazo con la de ella- es que no podemos seguir pagando tus clases ... Te inscribí a una escuela, llegó la hora de enfrentar el mundo Dante.

Sentí como todo se venia abajo, no sabia que responder y mucho menos que decir... Simplemente cerré y los ojos y sacudí mi cabeza como afirmación y contuve las ganas de llorar.