Confesiones y miedos

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Todos tenemos o hemos tenido miedo a ser rechazados, a que esa persona tan especial y a la que tanto amamos en secreto no sienta ese gran afecto y cariño hacia nosotros; miedo a sentir esa amarga y fría soledad.

Al final la inseguridad nunca nos permite dar ese tan temible primer paso, a declarar lo que sentimos y lo que pensamos; por eso tarde o temprano esa persona y esperanza que sostenemos con tanta fuerza puede escabullirse de entre nuestras manos en cuestión de meros segundos.

Y lo que yo me pregunto es, ¿por qué no le echamos agallas? ¿Por qué no nos arriesgamos?

La vida al fin y al cabo son "dos días", nunca sabes lo que puede ocurrir mañana o en un par de años.

¿Qué pasaría si ese amor unilateral resultará ser correspondido? No lo sabemos. Porque ese miedo nos impide avanzar y afrontar la realidad, nos hace vivir en una fantasía que puede que nunca se haga verdad.

Por eso, pese a ese temor que nos acecha cada instante, debemos hablar, debemos gritar, debemos hacer ver que no tenemos miedo y que pase lo que pase no nos quedaremos con esa enorme duda que nos atormentará durante el resto de nuestras vidas. 

Yo desgraciadamente he aprendido esto a base de golpes y por eso no volveré a cometer el mismo error, no me acobardaré, no me callaré y no desperdiciaré el preciado tiempo que me queda.

No cometas mi mismo error y dile a esa persona tan importante y especial cuanto la quieres. Se fuerte y échale valor.

Fragmentos de pétalos de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora