capítulo 31

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Noviembre.

A menos de una semana de soltarle al mundo lo que sería su primer disco, Miriam estaba que se subía por las paredes. Aunque tal vez también influía llevar demasiado tiempo sin ver a Mimi.

La aún no definida pareja habían pasado dos meses sin apenas verse. Desde que llegaron de Mallorca, ambas cantantes se involucraron al cien por cien en sus trabajos. Miriam tuvo que irse unas semanas a Los Ángeles, para terminar de grabar su disco, y por otro lado Mimi estaba con su pequeña gira por España. Debido a la diferencia horaria y al trabajo que las rodeaba a ambas, en esas dos semanas apenas hicieron tres videollamadas para verse, aunque fuese a través de una pantalla, pero sin embargo sí que intercambiaron varios Whatsapp contándose en que andaban metidas o como les había ido el día. Con la vuelta de Miriam a España, la cosa no cambió mucho, sí que consiguieron cuadrar agendas para verse tres o cuatro días y al menos pasar la noche juntas, pero a la mañana siguiente Mimi salía disparada a otra ciudad, y Miriam a las oficinas de Universal para terminar las sesiones de fotos y el diseño del disco.

En definitiva, llevaban dos meses algo difíciles, sobretodo para Miriam.

La inseguridad de la gallega no la llevaba por un camino tranquilo con este tema. Sentía que lo que Mimi y ella tenían se podía apagar en cualquier momento, que toda esa pasión e intensidad que las rodeaba cuando se juntaban era algo temporal, que la granadina dejaría de sentir el interés que sentía por aquello, y que seguramente no tardaría en meterse a otra persona en la cabeza y olvidarse de ella, al menos en ese sentido.

Pero no podía estar más equivocada.

Mimi echaba de menos a Miriam como nunca a nadie antes. La dolía la distancia, la dolía no poder despertarse con ella, la dolía no poder tocarla, no poder besarla, no poder hablar con ella o simplemente no sentir su risa a menos de un palmo de su oído. Pero intentaba desconectar de aquello y centrarse en los shows. Aquellos conciertos estaban siendo vitales para poder evolucionar en el mundo de la música, se estaba barajando la posibilidad de que la sacaran un álbum y no podía permitirse el lujo de dar un paso en falso, así que toda su concentración estaba en disfrutar y salir satisfecha de los conciertos.

El poco contacto que tenían las era insuficiente, pero en parte sabían que en parte era lo mejor, que se tenían que centrar en lo que las venía, ahora no se podían permitir distracciones.

Inseguridad, miedo, nostalgia y amor.

Ah, y muchas ganas de verse.

¡Holaaaaaaa leoncita! —saludaba Mimi al otro lado de la pantalla.

— ¡Mimitaaaa! —respondía algo apenada.

¿Qué tal? No me gusta esa carita.

— ¿Cuándo vuelves? —preguntó algo chafada.

Mañana me tienes allí a primera hora. —decía sonriente.

— ¿De verdad?

De verdad.

— Jo, qué bien. —suspiraba.

Tengo tantas ganas de pasarme la noche entera contigo pegá a mí... —hablaba con deseo.

— ¿Mañana te quedas a dormir entonces?

— Claro, sí tú me dejas...

— Pues claro que te dejo chica, ¿eres tonta o qué?

— Háblame bonito que te echo de menos.

— Qué cursi te pones a veces de verdad... —sonreía negando con la cabeza.

sincronía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora