CAPÍTULO 5

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Estupendo, otro día más de sufrimiento, no es que odie estudiar, pero odio tener que ver, sentir, escuchar y estar con los otros estudiantes, es demasiado para mi corazoncito lleno de odio.
Sabía que Jess ya estaría lista, entonces no me tengo que preocupar por ella.
Salí de mi camita dulce hermosa para meterme al baño y organizarme. El día estaba un poco más caluroso pero no lo suficiente como para dejar medio cuerpo al aire. Es increíble que en la noche haga calor y en el día todo sea congelado.
Me puse un conjunto parecido al de ayer solo que el buzo era negro y mis zapatos los Adidas super star.
Ya ayer hice mi entrada genial con la moto cool y mi personalidad malota, así que hoy es mejor estar en bajo perfil, con mi auto nada llamativo y sin meterme en ninguna clase de problemas. Me parece extraño que no me hayan llamado a coordinación, pero quién sabe, quizá solo tuve suerte.
Al llegar al cole nadie nos miraba ni cuchicheaba, todo iba bien.
Mi primera hora era literatura, mi asignatura favorita, mi razón de vivir la vida, mi postre de cada comida, mi felicidad. Ok no, pero si me gusta mucho.
Al entrar, como cosa rara, no había nadie, así que como cosa rara me hice en el rincón, pero tenía la tentación de hacerme en primera fila para prestar más atención, sólo que en verdad quería tener un perfil bajo, no estar en ningún grupo, ser invisible, pero con lo de ayer sería muy difícil.
Minutos después entró el profesor, aún no había nadie, solo yo, y él no se había percatado de mi presencia. Pero había algo más interesante que él, y eso era el libro que había en su mano: El Perfume.
-¿Ese será el proyecto de clase? Porque si es así déjeme decirle que ya tiene una admiradora.
El profesor se volteó asustado al escuchar mi voz.
-Disculpe, no la había visto joven… Perdone, ¿Es usted nueva?
-En eso acertó maestro, soy nueva, pero no ha respondido mi pregunta.
-Sí, es el proyecto, ¿Lo ha leído?
-En efecto, para describir mi punto de vista en palabras clave le diría que ese escrito es apropiado para entablar un punto de vista a lo que respecta el éxtasis.
-Es interesante su lógica señorita, sería todo un placer conocer más a fondo sus opiniones sobre clásicos, me parece que iguala su capacidad de razonamiento con la de mi estudiante más aplicado y calificado en estos temas, y viéndolo así, él será su compañero de debate, mejor dicho, su rival.
-Me parece excepcional saber quién sería mi contrincante en un debate.
-Estoy segura que lo conoce, se llama Mark Clark.
Ese apellido… me suena. Quién sabe.
Bajemos un poco los humos de Mark y digamos que no lo conocemos.
-Si lo conozco no lo recuerdo, pero eso no importa, ¿Por qué no han llegado los demás estudiantes?
- Siempre tiene 15 minutos para llegar, pero aprovechan a hablar con los de otros cursos hasta que no quede tiempo, sigo luchando para que fomenten la disciplina, pero ni modo.
Justo en ese momento llega Mark, con cara de culo, como siempre.
-Pero vean a quién me encontré, al  fenómeno y al maestro sin vida, que bonita manera de empezar al día. –Estúpidos sean sus comentarios.
-Pero vean quién acaba de entrar, el simio descerebrado, que hermosa manera de arruinar un día.- Divinos sean mis comentarios.
-Ya, no sean inmaduros que ambos son grandecitos, Mark te presento a tu nueva compañera de debate, trabajaran juntos.
-¿Ese es Mark? Yo pensé que su alumno más calificado sería por lo menos un poco inteligente, me ofende que me compare con él.
-Ja, ja, ja, que sepas que mi promedio en esta materia es insuperable.-Alardeó. Imbécil.
-¿Ah sí? ¿Y cuánto es?
-9.8-Sacó a relucir su sonrisa egocéntrica.
-9.9 es el mío-¡JA! En tu cara niño bonito.
-Te acostabas con tu profesor.
-Apuesto a que si tú lo dices es porque lo haces.
-No lo necesito, mi inteligencia supera.
-Tu inteligencia es nula chico mimado.
-La mimada aquí serás voz, ¿Tus papis te regalaron el coche que está afuera? Pudieron regalarte un mejor, aunque como conduces como abuela ese es perfecto para ti.
-Vuelve a mencionar a mis padres y te parto la cara, ¿Me escuchaste?-Mi tono frío salió a la luz, pero será imbécil, mis padres aquí no tienen lugar, ni tampoco en mi vida.
Volteé a mirar al profe y estaba con la boca abierta y mirándonos como ratas de laboratorio, se supone que nos tenía que frenar.
-¿Le trago palomitas o una cobija? Tarado-Le dije a ver si reaccionaba.
-Eh… Iré a ver si los demás ya vienen.
Y por obra de magia todos entraron como una estampida, jodidos mamuts.
Mark se sentó a mi lado, pero cada que me miraba rodaba los ojos. Por mi parte solo recibía bufidos y miradas de asco. Éramos un perfecto caos juntos, y eso sólo crea desastres. 
La hora pasó entre reclamos y resoplidos de parte de los estudiantes hacia el profesor por ponerles ese libro, y el profesor los insultaba diciéndoles ignorantes o desagradecidos por no valorar lo escritos que nos otorgan las mentes maestras y un montón de cosas más que me arrullaron hasta caer dormida por más de la mitad de la clase, pero el mastodonte que tengo al lado no hacía otra cosa que no fuera tirarme pedacitos de borrador y darme patadas a mi pantorrilla, será idiota.
Justo cuando nos íbamos el profesor nos llamó.
-Clark, Gunn, necesito un trabajo escrito sobre este libro para la otra semana, en el trabajo habrá un debate de parte de los dos, sé que ambos se leyeron el libro y que tendrán puntos de vista diferente, así que para ustedes eso es fácil.
-¿Me está jodiendo? No podemos llevarnos bien por más de 3 minutos, ahora para hacer un trabajo de esos sin matarnos…-Dije teniendo la esperanza de que razonara y nos dejara ir.
-No, ya dije.
Luego se fue dejándonos solos y con nuestras caras de amargura total, pero bueno, la suya siempre era así.
-En tu casa niño malo, después me pasas la dirección, hoy a las 3.
Y antes de que pudiera siquiera hablar me fui.
Hoy sería un día interesante. Sí que sí.

ALICIA EN EL LUGAR DE LAS PESADILLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora