CAPÍTULO 14

38 5 2
                                    

En realidad el día fue bastante normal, las clases siguieron como si nada, los profesores igual de sosos que siempre y Mark..
Ni idea de en donde quedó.

Llegué a mi casa con ganas de tirarme en la cama y pegarme con pega loca para que nadie me saque de la comodidad de mis cobijas, pero había algo muy raro. Todo estaba en silencio y Jessi no apareció a la hora de irse.
Recorrí la casa lentamente y no había nada, sólo me faltaba un lugar y aunque no creía que hubiera algo, bajé. Era el sótano.
Las luces estaban encendidas y allí vi a Jessi.
Sentada. En una silla de madera. Atada. Amordazada. Y con un arma apuntándole la sien.

Jodida mierda.

El sujeto tenía un pasamontañas, pero se veía que estaba sonriendo.
Tenía las de ganar.
-¡Enhorabuena! Llegó tu salvación pequeña idiota. Tu tía vendrá conmigo y tu quedas libre.-Celebró él, tenía la voz un tanto aguda y se notaba que lo estaba disfrutando.

Sonreí y me acerqué a ellos con total seguridad. Él al ver eso titubeó un poco pero mantuvo el arma apuntando a Jess.
El mostrar seguridad desconcertaba al depredador. Se supone que las presas somos nosotras. Pero él está a punto de ser cazado.
-Retrocede o le vuelo los sesos a tu preciada sobrinita.
Le mostré una cara aun más divertida y avancé más.
-Mátala, igual es insoportable. A ver si no te tiembla la mano.

Jessi todo el tiempo estuvo callada y con una mirada de diversión. Ella sabía lo que iba a pasar

El enmascarado la miró y vi duda en sus ojos. Era mi momento, no iba a matarla.
Corté todo tipo de distancias y le propiné un golpe en toda su manzana de adán con en codo,  dejándolo inconsciente por unos minutos.
Aproveché ese tiempo y desaté a mi hermosa sobrina.
Ella me ayudó a subir al intruso a la silla y a amarrarlo bien. También le quitamos el pasamontañas.

Nos íbamos a divertir un rato.

Era un tipo un poco moreno con el pelo negro y a decir verdad bastante mayor.

Diez minutos después despertó un tanto desorientado.
-El que se descuida pierde.-Me burlé de él y... Me escupió.
-Acabas de comenzar un guerra, y uno de los bandos caerá. Y estoy seguro que será el tuyo.-Me espetó con una sonrisa.
Acababa de firmar su pacto con la muerte.
-Yo no tengo un bando idiota.

Fui a un armario que tenía en el fondo del sótano y saqué un cuchillo carnicero. Empecemos el interrogatorio.

Cogí una silla y me senté frente a él.
-Te haré preguntas y me responderás si no quieres perder tus dedos. Uno por uno. - Vocalicé lo último y le guiñé un ojo.
Él me miró suplicante y sentí una risa por parte de Jess que estaba detrás de mí.

-Primera pregunta: ¿Cuál es tu nombre?
Empezó a negar con la cabeza y a suplicar que lo dejaran ir, que sólo era un peón.
-Colaboranos, igual morirás, si contestas rápido tu muerte será indolora, evitas sufrir.
Cerró un momento los ojos y luego asintió.
Iba a colaborar.
-Thom Saylor.
-Bien, ¿para quién trabajas?
Al preguntarle eso abrió los ojos de par en par.
-¡NO! Eso no, por favor.

Negué divertida y le desamarré una mano. Lo miré directo a los ojos y le tiré un beso para después coger su dedo meñique y cortarselo de un tirón.
Su sangre salió disparada hacia mí vestimenta y soltó un grito desgarrador, incluso le salieron algunas lágrimas.
Definitivamente era la primera vez que el intruso sentía verdadero dolor.
-Repito, ¿Para quién trabajas?
-Tengo familia, por favor, eso no.

Lo miré un instante, desconcertada. Era estúpido, estaba gritando sus debilidades. Pero eso me dio a entender porqué no revelaba la verdad. Iban a matar a su familia.
Pero yo necesito respuestas.

-Tienes 3 segundos para decirme.-Susurré con desprecio.
Negó y soltó algunas lágrimas más.

Cogí dos dedos más y lo miré para darle a entender que tenía la oportunidad de rendirse y contar todo. Pero sólo desvió la mirada.

Corté sus dedos como si me estuviera desquitando, poco a poco. Y era eso lo que hacía.
Thom gritó más. Me manchó mucho más y Jessi se rió.
Ella disfrutaba esto.

-Me dirás todo, absolutamente todo lo que sabes y será tu última oportunidad. Si no lo haces te cortaré todo y no podrás darme ninguna respuesta, esa será tu muerte.

Lloró más e intentó liberarse. Era totalmente ridículo. Él y sus vagos Intentos.

Mi paciencia se había agotado y sólo por eso empecé a rajarle los brazos.
Cortadas profundas, lentas, que sufra.
Saylor gritaba y se retorcía, pidiendo piedad. Como si yo se la fuera a dar.
Luego de unos minutos me cansé de rajarle. Y fui directo a su yugular.
Lo presioné poco a poco, que la sangre brotará despacio, disfrutando su muerte, saboreando sus últimos antientos. Que pagara por todo lo que había hecho en su vida.
Y es que yo ya tenía en el infierno mi trono.
Cuando vi que se estaba desmayando metí el cuchillo de un solo golpe. Haciéndolo casi que despertar. Que sintiera su muerte.
Y es que yo se lo advertí.

Cuando terminé me limpié un poco con un trapo y me giré para ver a Jessi.
Estaba recostada en una pared un poco lejana y sonriendo aún. Se acercó lentamente hasta quedar a mi lado viendo el cadáver.

-Que tendrán los sótanos.

------------------------------
¡Hoolaaa! Aquí les traje un capitulo adelantado. La verdad no veía la hora de publicarlo, es un poco largo pero me gustó mucho.
No sé si es demasiado fuerte o si todavía estoy siendo muy buena, peeeero solo les digo que si habrá mucha tortura y algunas muertes.
Por ahora sólo disfruten.

Dulces pesadillas:Majo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 05, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ALICIA EN EL LUGAR DE LAS PESADILLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora