Todo se había salido de control.
Talia Al'Ghul había decidido hacerle una visita sorpresa a su hijo por su cumpleaños, visita que le costó la vida a varios civiles incluyendo una niña de apenas 4 años de edad. La Vanguardia del Demonio —apodo dado a Talia por parte de la Liga— atacó la ciudad con el objetivo de llamar la atención de su vástago y probar sus habilidades en el combate.
Los Titanes acudieron al llamado de inmediato junto a un Nightwing preocupado y un Robin encolerizado. Damian sabía perfectamente los motivos que impulsaron a su madre a hacer lo que hizo, razón por la que no dudó un segundo en tomar aquella daga que despertaba tantas dudas a los demás sobre su procedencia nunca revelada.
La lucha era desigual, los asesinos se encargaron de retrasar al equipo y alejarlos de la riña familiar, amenazando por el camino a cada inocente civil que Raven se encargaba de transportar a través de su portal. Starfire intentaba volar a terreno alto pues siempre que se acercaba al suelo una horda de asesinos iban a ella. Nightwing luchaba como nunca mientras intentaba acercarse a su hermano sin muchos resultados. Blue Beetle no sabía hacia dónde atacar, intentando controlar al escarabajo mientras batia a los enemigos. Chico Bestia ya no sabía qué animal podría ayudar con la situación. Raven intentaba con todas sus fuerzas el evitar que Lenore se liberarse.
Pero nadie sabía de Robin.
Hasta que escucharon el estruendo de una explosión en lo alto de un edificio.
Los asesinos lo tomaron como una especie de señal y se retiraron tan rápido como habían llegado.
El equipo levantó la mirada hacia el lugar de la bomba.
Y se les congeló la sangre en las venas.
Raven fue la primera en reaccionar, volando tan rápido como su magia se lo permitía para alcanzar a un Robin inconsciente que caía del edificio en llamas. Cuando los Titanes corrieron hacia el lugar en el que las aves aterrizaron lograron ver a un petirrojo con el traje y rostro empapados en sangre. Tanto propia como ajena.
Todos estaban preocupados, por supuesto, pero ahora mismo habían cosas tan importantes como la salud del joven. Así que tomaron una decisión.
Richard dio la orden.
—Raven, lleva a Robin de vuelta a la Torre y utiliza tus poderes para curarlo.
Ella asintió con la cabeza al momento en el que entendió las palabras del Có-líder, sin abandonar jamás, con vista y alma, el cuerpo inerte en sus brazos.
—¿Qué hay de ustedes?
—Nos quedaremos ayudando a los civiles a ponerse a salvo y a extinguir el fuego. Pero la salud de Robin también es prioridad. Ve.
La joven abrió el portal bajo sus pies con su compañero en brazos, aterrizando en la enfermería de la Torre. Juntó sus esfuerzos y lo acostó en la camilla del lugar. Se deshizo por el camino de la máscara y la capa molesta y rasgada del chico. Miró su cuerpo dormido. Magulladuras y cortes se dejaban ver a través del traje de cuerpo completo del muchacho, pero su rostro fue lo peor de todo el conjunto. Fue también lo primero que intentó recuperar.
Pero tan pronto como lo tocó Damian recobró la conciencia, se levantó en un movimiento ágil y la sometió bajo su propio peso con la daga que él había llevado a la batalla presionada contra su garganta.
Rachel sólo pudo abrir los ojos y susurrar.
—Da-Damian... Soy yo..., Raven.
El chico parpadeó varias veces para luego separarse abruptamente de ella y mirar a sus alrededores confundido, como un animal enjaulado. Cuando pareció haberse dado cuenta de dónde estaba regresó su mirada esmeralda al cuello de la joven, por el cual corría un leve hilo carmesí.
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Cicatrices
FanfictionLas cicatrices vienen como firmas de recuerdos, como recuerdos de batallas, victorias y penurias. Raven deseaba saber cada una de ellas, y Damian estaba dispuesto a abrirse ante la joven