Nos vimos por primera vez

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Estaba muerto.
Al menos así me sentía.

   Iba caminando de vuelta a casa, las clases habían sido agobiantes, como siempre, y nunca le prestaba real atención a nada, porque simplemente no me interesa. Mi mochila está tan pesada como si su contenido fueran un montón de piedras, y no es que no tuviera casillero en el colegio, la razón era que aquellos  eran demasiado pequeños, así que no me quedaba de otra que llevar algunos de mis materiales de vuelta a casa. No me gustan las materias que llevo porque no me servirán en un futuro, al menos no para el futuro que tengo en mente, solo artes... Mi sueño es ir a la escuela de payasos, no literalmente, pero es así como todos llaman al "Conservatorio de Artes". Puede que me haga al ofendido, pero la verdad es que a mi me causa mucha gracia eso.

Me encontraba en el aburrido rumbo de vuelta a casa, caminando solo, otra vez, porque nadie vive cerca mío. Al menos no alguien que conozca, además tampoco es como si tuviera amigos, el tramo es tranquilo, sin embargo, lo silencioso que es a veces me incomoda, la razón es simple, me da miedo el silencio, no al punto de gritar y querer escapar, pero si al de ponerme rígido y desesperarme, así que lo primero que hago es ir al lugar más cercano donde hubiera ruido, a muchos les gustan los lugares donde no hay bulla y a mi me gustan los lugares donde no exista algún tipo de mutismo*, con esto no quiero decir que me agraden los estrepitosos gritos o el tiberio* que ocasionan las bocinas de los autos, es más, también detesto estos... Me satisfacen los melodiosos cantos, son relajantes para mi oído, también me agradan las voces dulces. Me hacen sentir que estoy en otro mundo.

Aun faltaba mucho para llegar a casa, el silencio era agobiante, hoy era extremadamente silencioso, por donde vivía no habían muchas casas, ni muchos autos, pero la cantidad de campos verdes eran realmente hermosos, aun así era silencioso, por lo que deseaba algún sonido, algo... No importaba que... Estaba empezando a desesperarme... y de la nada escuché un canto, como si aquella persona que comenzó a pronunciar aquellas bellas palabras escuchara mis súplicas, y podría jurar que era la voz más dulce, melodiosa, afinada y bonita que jamás había escuchado antes. Me encantaba, me hipnotizaba, me atraía y me tranquilizaba. Seguí caminando disfrutando de cada nota que esa voz transmitía, justo era de mis canciones favoritas: Kizuato de Centimillimental, ya sé, bastante gay (si nos fijamos en el vídeo, e incluso el animé de Given), pero que puedo hacer, es que es simplemente una hermosa cancion, y yo conocí la canción antes que el animé. En fin.

Me detuve en seco cuando seguía escuchando aquella voz, no se acercaba a mi, ni tampoco se alejaba, era como si me estuviera siguiendo. Miré en varias direcciones, esperando ser afortunado de encontrar al portador de aquella magnífica voz, y lo encontré.

Era un chico, más o menos de mi edad, que estaba caminando en la misma dirección que yo, pero se encontraba al otro lado de la calle. Seguí avanzando para no perderlo de vista, mientras él seguía cantando. Realizaba aquella acción con tanto sentimiento que no era capaz de ver lo que pasaba a su al rededor.

Durante todo el tramo lo observé, y me di cuenta que ya no era su voz lo único que me atraía, quería verlo... Quería ver como lucirá, no podía ver su rostro, porque él caminaba unos metros delante de mi y al otro lado de la calle.

Tuve que detenerme porque llegué a casa, me sentía triste de llegar a mi casa, por primera vez, quería seguir escuchando a aquel muchacho cantar. Su voz se detuvo y giré mi cuerpo para ver que sucedía, él me estaba observando, tenía las mejillas sonrojadas por alguna razón... Su uniforme, era lamentablemente de otro instituto al mío, es hermoso y lo que más me atraía eran sus ojos, me sentía extraño al verlo de frente, ambos nos estábamos viendo sin decir nada, sentía algo raro, algo no estaba funcionando bien dentro de mi, porque me dieron ganas de correr hasta él y preguntarle un millón de cosas. Alguien lo llamó por detrás, era una chica y él se dio la vuelta y entró a esa casa... Así que era el nuevo vecino. Fue sorprendente, en cuanto dejé de ver sus ojos, todos aquellos sentimientos tan poco conocidos para mi, estaban desapareciendo lentamente. Entré a casa, no podía dejar de pensar en aquel chico, lo observé cuidadosamente, tenía el uniforme de un colegio privado, pero por suerte en su uniforme también pude ver su nombre.

---Jeon Jungkook... --- Susurré y cerré mis ojos, pensando en su voz.

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Mutismo: Silencio voluntario o impuesto que tiene una persona o un grupo en un momento determinado.

Tiberio: Alboroto, gran confusión.



🍃OLIDIONI🍃
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Hola, que hay, estoy editando esta historia ya que, de hecho, es de mis historias favoritas(de las que escribí), si la leíste antes lo más probable es que no te des cuenta de cambios muy drásticos, son solo detalles, pero creo que mejoraran la historia.

3/Abril/2020

Quédate en casa y cuida de tu salud!

Caminando a casa juntos-Vkook[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora