A DONDE LLEVA LA NADA.

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Sin tener rumbo alguno no llegue muy lejos  con esa edad a un barrio cercano que parecía muy tranquilo y repito parecía por que descubrí que no era así después de haber pasado dos días ahí con la comodidad del parque la ausencia de mis padres se notaba cada vez menos y las cosas se veían mas sencillas de lo que eran, dormir en la calle es un castigo  de perros decía mi difunto abuelo pero yo lo sentía como un hogar llevaba cuatro días ahí y decidí quedarme en ese lugar pues no tenia a donde mas ir no tenia mas familia ni amigos no tenia a nada ni a nadie además al calmar el llanto había olvidado por que realmente estaba ahí poco a poco fui siendo conocido tanto por la gente que en su estado de embriaguez no alcanzaba a llegar a sus casas o eran echados del mismo la mayoría se asentaba en ese parque también estaban los ya tan famosos mágicos (traficantes) de zona con los que por mi seguridad no los miraba ni me cruzaba por su camino.


También la localidad empezó a notar mi llegada un panadero lo había notado desde el principio por lo que sin falta todos los días me regalaba uno de sus panes recién horneados para mi desayuno y me cuidaba de todos los mágicos.


En un restaurante cercano trabaja doña Elsa Valencia quien me regalaba una sopa de atún para mi almuerzo y también a los ya mencionados ebrios eso me facilito aún mas la vida lo único que no tenia era merienda ya que el sector tenia una noche de jóvenes problemáticos  razón por la que los negocios cerraban pronto para evitar cualquier clase de lio me sentaba, jugaba en las atracciones del parque y veía a los demás que llegaban al dichoso parque para reunirse y luego irse a algún otro lugar.


En una de esas noches decidí averiguar a donde iban todos esos jóvenes tan bien vestidos y elegantes, empecé a caminar entre las sombras para evitar que me vieran hasta mas allá de una cuadra pues ahí eran recogidos por un transporte de algún amigo que les facilitaba el camino a donde sea que fueran entonces me detuve y decidí volver a mi parque/casa pero mejor preferí perderme en el camino por el que vi perderse a la ultima camioneta caminé sin rumbo debajo de una garuba leve sin pensar en nada mas que la comida del siguiente día la cual necesitaba para ayer para aquel entonces ya había llegado a otro parque con perfecta iluminación, bien cuidado, con árboles frondosos y vista única.


Para haber vivido en un parque miserable por días esto parecía un paraíso no había nada de malo la gana de dormir cómodamente me hizo ignorar las vistas de aquellos jóvenes bien vestidos que me miraban y me repudiaban por andar con el mismo pantalón corto remendado mas de mil veces y una camisa rota por la incomodidad de las bancas del parque/casa y encima de eso sin tomar una ducha desde que me marche de mi casa, mire a todos los alrededores y me pareció muy buen lugar pero las miradas me incomodaron y decidí marcharme y volver cuando el mundo se hubiera ido.


Pasaron tres horas y por fin no había nadie mas que tres jóvenes y un vagabundo muy bueno y amable apenas encontré el lugar mas suave para dormir  el me cruzó palabra la cual brindé y contamos cosas uno del otro me dijo que se llamaba Olegario claro que yo no le dije mi nombre ( con el pretexto de que nunca tuve uno y me llamaba chico)


Pasamos un gran rato hablando ahí conocí que ese era su parque/casa y que le gustaba por eso se quedo ahí además de ser rechazado por su familia por no haber terminado el nivel básico de educación.


A mi no me molestó en lo absoluto claro que no confiaba del todo en el o dicho de otro modo no confiaba en nada ni en nadie ese y todas las demás noches dormí en un lugar fresco que el me brindó por que era su cama mas cómoda del lugar y el vigiló toda la noche a los tres jóvenes que nunca se fueron lo supe por que al siguiente día Olegario tenía unas grandes ojeras de no haber dormido y ellos aún estaban en la misma esquina.


Al despertar fui de inmediato corriendo a ver mi comida gratis de todos los días le dije a Olegario que me acompañara para que se alimentara por el buen trato seria mi forma de pagarle pero el insistió en quedarse no tuve mas remedio que ir solo por la comida en pleno almuerzo con la cara caída de vergüenza le pedí a doña Elsa una sopa extra para el diciendo que era para mi y luego me marché de nuevo al nuevo parque/casa ahí luego del cansado viaje encontré a Olegario comiendo un pollo horneado que se veía muy sabroso al verme sonrió y me invito a sentarme en el fresco y recién húmedo pasto por la lluvia que me encontró en el camino me brindó un presa de pollo al parecer la estaba guardando para mi junto a una rebanada deliciosa de una torta de chocolate.

El Mejor De Los Ladrones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora