Capitulo 5 Maleducado.

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Tengo la impresión de que realmente le molesto, ¿me habré equivocado de dirección? ¿qué debería hacer?

Parece que entre más incómoda estoy yo más decidido esta él a quedarse ahí plantado mirándome fijamente.

- Disculpa, hay algún problema con el puesto?, sigue estando libre? porque si no es así yo me voy y no hay problema...

Sin dejarme terminar, se da la vuelta y se va... ¿y ahora? ¿y yo? ¿qué se supone que debería hacer? ¿entrar? ¿irme? ¿esperar?
Aunque viendo que dejo la puerta abierta lo más sensato seria entrar. Pues según yo, si no hubiera querido que pasara quiza me habría cerrado la puerta en las narices, pero no lo hizo. Aparte ¿qué podria ocurrir si entro? pasaría una vergüenza terrible o vendrían los policías a  arrestarme por infiltrarme en propiedad privada.

Inspiro fuertemente y con los pies temblorosos entro.

El hall es inmenso podria meter media ciudad aquí dentro, aunque el frío parece el mismo infierno, me frotó los brazos trantando de entrar en calor, de solo mirar la deslumbrante escalera ubicada enfrente mio, realmente es impresionante, los escalones están cubiertos por un alfombrado de terciopelo, la barandilla de madera maciza, las cortinas de seda roja, los cuadros de obras maestras, el suelo de mármol, todo lo que veo es ¡Wou!

Esta familia parece permitirce todo lo que desea, jamas había visto nada parecido, no es que sea una niña de pueblo urbano pero en mi casa no me podía ni comprar una simple lampara de lava.

Mi mirada se vuelve a cruzar  una ves más con la de él, me mira con una insistencia cautivadora.

Voy a empezar a creer que algo no va bien.

¿acaso tengo cara de comediante? ¿comida en la cara?

Intento adoptar una actitud indiferente como la suya. Sin rastro de éxito.

Mantengo la calma admirando la belleza del lugar.

Mi respiración y los escalofríos que recorren mi cuerpo no juegan de mi lado. De hecho parecen ir en mi contra.

Desato la bufanda de mi cuello más que nada para mantener mis manos ocupadas y no parecer una desesperada, noto que un extraño brillo aparece en su mirada, no se exactamente de que manera interpretar esa expresión.

¿Es deceo? ¿Desprecio? ¿Enfado? ciertamente ya no se nada de nada. No se de que manera comportarme ante este tipo.

De repente el que parecia totalmente indeferente, ahora, parece cobrar vida ante mi.

Su mirada insistente me pone nerviosa, aquellos ojos láser me queman la piel, mis instintos están alerta, como si estuviera amenazada por algo.

Nerviosa camino alrededor de mi propio eje, desvío mi mirada de la suya y procuro no volverla a encontrar.

Al cansarme totalmente de su atención inédita le miro, fijamente, como si fuese un duelo de miradas asesinas. No me dejare impresionar con nada ni nadie y mucho menos por este tipo.

Espero que los otros miembros de la familia no sean taaan... él. Exacto, al menos que tengan la cortesía de indicarme mi lugar en esta casa.

Estaría muy bien que apareciera alguien, quien sea, hasta un zombie ¡pero ya!

Deseo con todas mis fuerzas que sean más amables que este.

Si entro a trabajar aquí lo primero que tendré en mi lista de cosas que hacer será ¡evitarlo a toda costa!

Si buscaba causar buena impresión, esta claro que no lo ha conseguido.

Rara vez me he encontrado con alguien tan desagradable a primera vista, ¿sera así de descortés con cada persona que se le crusa?

Como sea, es un tarado que no merece la más mínima de mis atenciones.

Es desagradable e inquietante su comportamiento, desde hoy esta decidido:Jamas tratare con personas que tengan tan poca consideración conmigo.

Ahí esta, parado en medio del hall mirandome fijamente sin hacer el más mínimo gesto.

¡Es una manía en él mirar a las personas de esa forma o que¡

Estoy perdiendo toda mi paciencia, ya me canse de parecer una burra entrometida.

¿Qué clase de recibimiento es este?

Cansada de su actitud desinteresada, cruso las manos y golpeo levemente el suelo con el pie.

- Bueno mira, no voy a esperar aquí toda la noche a que me atiendan, no se si lo sabes o no... pero hay una cosa que la gente hace... descansar, si tú o tu familia no lo hacen es su problema...además vine por el puesto de au pair que formalmente uno de tus hermanos me ofrecio, de verdad me gustaría que...

De nuevo se da la vuelta dejándome como una completa perdedora histérica.

(Pero ¡que grosero) alguien debería darle clases de educación a este chico.

A lo lejos escucho que habla con alguien más... ¡Aleluya! al fin algo de justicia.

- ¡Nicolae! la muñeca para Lorie esta aquí.

¿Muñeca? pero como se atreve a llamarme así despues de dejarme hablando sola...

Esto ya es el colmo ¿quién se cree que es?

El hecho de que sea rico y viva en un castillo de lujo no le da el derecho a tratarme así. Acaso no conoce los valores morales...

Sigo intentando mantener la calma. Estoy al borde de mandar este trabajo al tubo y darle a ese cretino lo que se merece. Una o dos bofetadas no estarían mal para que aprenda a tratar a la gente.

¿La niña que cuidare será también así? dios quiera que no.

Ya con mi 5 por ciento de paciencia aguardando unos minutos más esperando por alguna obra divina que alguien ilumine mi gran humor que en estos momentos esta apunto de darle un colapso nervioso.

Si la situación no se resuelve, ¡me voy a ir! me importa un bledo si llego al hotel de Charlotte a las 3 de la mañana.

Al fin un joven se acerca a mi, no distingo bien quien es por la luz del pasillo de la estancia... pero.... un momento... es él...el de la librería.

Espero que este joven me de ¡la bienvenida! formalmente.

Su rostro es más dulce, su cabello es mucho más oscuro que el de aquel tipo desagradable, sus ojos son de un azul intenso, su ropa es obviamente presentable, tiene un chaleco café como los de quinseañeras, eso lo hace ver tan lindo y a la vez... aterrador.

Reflejos de media noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora