¿¡Un Bebé!? ||2Min||

11. SeungHee.

Se despertó al sentir la suave presión de la cama, a su lado estaba el cuerpo del hombre que más amaba y sus brazos picaron por abrazarlo pero su orgullo se negó a dejarlo moverse, en cambio se acurrucó más entre las sabanas e intentó seguir durmiendo, cosa inútil si tenía en cuenta que MinHo estaba inquieto y buscando la forma de hacerse escuchar.

–Sueltalo, MinHo.

Su voz sonó firme, haciéndolo sentir sorprendido, casi creyó que iba a llorar si decía algo. Tenía que controlar sus cambios de humor, todo estaba siendo raro.

–Ella ya no es importante, Taem.

–No lo parecía hace rato. –Ahí iba con su berrinche y sus irremediables ganas de llorar. Se sentó contra el cabezal de la cama y se tapó hasta el pecho con una manta, buscando la protección que generalmente MinHo le otorgaba.– Tienes que darme explicaciones justo ahora. Quiero entenderte pero no puedo hacerlo si te quedas callado.

Un suspiro cortó el silencio del lugar, MinHo le tomó una mano, tal vez buscando apoyo y lo dejó estar porque quería ser un poquito maduro.

–Crecimos siendo muy unidos a la familia Oh, Taem. De ahí que todos visualizamos que SeHun y Kyung terminarían juntos antes de que JongIn apareciera pero... –Hizo una breve pausa, buscando su propia voz.– Antes también creían que SeungHee y yo nos íbamos a casar. Papá nunca estuvo de acuerdo pero se mantuvo en silencio, mamá en cambio era la más emocionada con la idea, SeungHee era su sueño de nuera, la quería mucho y presionaba para que le pidiera matrimonio antes de ser siquiera mayores de edad. –Se rascó la frente y prosiguió.– Empezamos a salir cuando apenas éramos unos críos, ella tenía trece y yo estaba por cumplir los catorce. Nadie se lo tomó muy enserio más que mi madre y la señora Oh pero ambos crecimos, Taem, las hormonas y los errores de adolescentes nos llevaron al susto que ella mencionó. Fué cuando empecé a cuestionarme si ella era quien quería como madre de mis hijos y la mujer con la que estaría en resto de mi vida. Lo hablé con papá y él encontró tan raro como yo que lo dudara si cuando supimos yo estaba dispuesto a asumir la responsabilidad. No lo entendí en ese momento pero ahora sé que es porque no la amaba tanto como me forzaba a creer. Éramos jóvenes y yo no quería una responsabilidad tan grande pero me educaron para ser un caballero y no podía hacer más que asumir las consecuencias, mamá también influyó porque estaba siempre hablando del futuro, ella ya nos veía con diez hijos y siendo los líderes de la futura generación empresarial.

Le acarició el cabello para darle un poco de fuerza, aunque le dolía conocer esa parte de su pasado luego de dos años de relación podía entender sus miedos.

–Después de ese incidente, en la cabeza de ambas familias estaba plantada la idea de que íbamos a casarnos pero todos crecemos y ella empezó a ser distante y los rumores empezaron a correr. Me negaba a creer que alguien que se hacía llamar una dama respetable pudiera estar engañandome pero lo comprobé en una fiesta y desde entonces todo fué en picada. Ella y YuJin eran buenas amigas pero antes de amigos y amigas están los hermanos, YuJin me enseñó un sinfín de cosas que solo me hirieron, SeungHee estaba mostrando la otra cara de la moneda, no la amaba pero la costumbre de su presencia y el hecho de que fué la primer mujer en mi vida me hacía sentir extraño y lastimado. –No sabia que le dolía en ese segundo pero se obligó a continuar.– Entonces, a los diecinueve años ella recibió una propuesta de intercambio. Inglaterra era su sueño más anhelado y su pase de salida, su familia no se opuso y yo la apoyé hasta que llegó el día de su partida y el termino de nuestra relación. No tuvo ni la atención de hacerlo de frente, me dejó con un mensaje de texto y una semana después estaba en varias revistas viéndose feliz y en varias citas con un hombre inglés.

En ese punto TaeMin ya estaba acurrucado a su lado, dándole cierto apoyo.

–Verla de nuevo y como si no hubieran pasado los años me dolió, Taem. Ella cree que puede venir y hacer como que nada pasó mientras mamá la apoya y la quiere de vuelta como su nuera. –Le tomó ambas manos y le hizo mirarlo.– No te ofendas, cariño, pero mamá daría todo con tal de que ella volviera a mi vida, sus constantes desplantes para contigo ahora tienen una razón y me disculpo por ello, si no quieres volver aquí, papá y yo vamos a entenderlo.