¡Gabriel, no!

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¡¡Mil perdones!! Llevo como un mes sin actualizar, dios mío. Intentaré que no se vuelva a repetir esta pausa.

Gabriel, para sorpresa de los pocos que no lo conocían de antes, había decidido que su objetivo en la vida era decorar los dormitorios del búnker a corde con su usuario. Esto no sonaba tan raro si no fuera por que la decoración era, cuanto menos, preocupante.

En la habitación de Jack, todo era sorprendentemente normal, salvo que estaba llena de cosas de Star Wars a un nivel enfermizo. Desde la ropa de cama y todos los muebles, hasta cada objeto que había en el dormitorio del nefilim, todo era merchandising de Star Wars. Dean estuvo asombrado con la decoración, tanto que se planteó seriamente tener un "bat-dormitorio" por suerte, la mirada preocupada de Castiel hacia su hermano le hizo cambiar de idea, aún así, felicitó al arcángel por su trabajo, quien sacó pecho como un ave. Jack por su lado estaba encantado, ya que tenía sables de luz, y aunque no eran como en las películas, daban bastante el pego.

Luego tocó la habitación de Castiel y Dean.

Con un chasquido de dedos, el dormitorio se convirtió en una mazmorra digna de la mejor película porno. A Dean casi le da un infarto y Castiel simplemente le dió una colleja a su hermano, quien se sobó la cabeza y dejó el dormitorio como estaba para empezar a decorar seriamente.

Pintó las paredes de azul claro, la cama era una matrimonial de roble macizo pero con cortinas verde oscuro, para la intimidad. A los pies de la cama, en la pared, había una TV de plasma de 40 pulgadas, la cual encantaba a Dean, las mesitas de noche también eran de roble macizo y cada una tenía una lamparita y un despertador. El armario ahora tenía tres conjuntos más de Castiel y el escritorio era más grande, dejando espacio para dos personas.

- Eso, está mejor. Muchas gracias Gabe. - dijo Dean mirando a su cuñado.

- A mis brazos, cuñadito. - dijo Gabriel extendiendo los brazos hacia Dean.

No muy convencido, Dean se acercó para abrazar al arcángel, el cual puso una de sus manos más abajo de lo necesario, pero se detuvo cuando Castiel le miró como si fuera a matarlo.

- Ahora a por Sam. - su sonrisa diabólica hizo que Dean se estremeciera.

- Ojito con lo que haces, Gabe. - le advirtió el cazador.

- Tranquilo, chico. Tranquilo... - Entonces Gabriel imitó la postura de Dean - No le haré nada que él no quiera. - Y cerró la puerta para huir por el pasillo.

- Solo está jugando. No le hará nada malo a Sam. - dijo Castiel poniendo una mano sobre el hombro del cazador.

- Más le vale, o le meteré aceite sagrado por donde no sale el Sol.

Por otro lado, Sam fue a su habitación, la cual ahora estaba repleta de libros, desde el suelo hasta el techo, el problema no era la cantidad ingente de libros, que también. Era su contenido, todos los libros escondían dentro alguna cosa, como esposas acolchadas y juguetes variados. Sam no sabía dónde meterse, lo que si sabía era donde meter los libros. Cuando Gabriel apareció tras él en la puerta, le atizó un librazo en la cabeza, si no hubiera sido un ser ultra poderoso, Gabriel estaría K.O. entendiendo el sutil mensaje, el arcángel restauró el dormitorio de Sam a su anterior aspecto.

- Vale, por algún motivo, sois los únicos que no quieren vivir en una película porno.

- Nadie quiere eso.

- Eso no te lo crees ni tú. En fin, ¿Como la quieres?

- Está bien como está ahora.

- Sam, parece el dormitorio de un internado deprimente, en el cual se rodó una película de miedo cutre.

La mision de Jack : sabriel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora