Buenas y Malas

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—¿Han vuelto aparecer? —

Renkotsu preguntó, mientras terminaba su plato de sopa.

— Aome, es la única que me ha ayudado a combatirlos, cada vez atacan más a menudo, por lo tanto lo he llamado para que nos ayuden a su hermana y a mí —

—Suikotsu, Renkotsu y yo haremos guardia día y noche, Kaede, si así te parece — ofreció Bankotsu.

—Se los agradezco, quiero proteger a los niños, se que Aome ha estado entrenado a los más grandes, pero no es suficiente —

—Tengo una duda ¿Aún no sabemos porqué están empezando a atacar la zona, cuál es su objetivo? —preguntó pensativo Jakotsu.

—No lo sabemos por el momento, pero debemos proteger a mis hermanos a toda costa — demandó Aome.

Todos asintieron de acuerdo, acordando un plan de emergencia todos se fueron a dormir, esa noche el turno de vigilancia era de Renkotsu.

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A la mañana siguiente Aome siguió su rutina de siempre, sacó su moto del garaje junto a sus llaves, casco e implementos de seguridad. Aumentando la velocidad a lo permitido en carretera, llegó a la empresa, hoy tenía que chequear que todo fuera como lo esperado.

Quitó el casco de su cabeza, peinando su cabello atado en una coletilla alta, dejó que el guardia-portero tomara todos los  implementos de seguridad junto a la moto, poniendola en un lugar seguro del parqueo de la empresa.

—Gracias Samuel— agradeció al chico que ahora sabía su nombre.

—De nada Srta. Hanran—

Subió los ocho escalones hacia las puertas de la recepción donde le devolvieron los buenos días, subió al ascensor marcando el último piso, arregló su placa de empresaria en su lado derecho de la camisa blanca de manga larga, hoy por dicha no usaba corbata, estaba haciendo calor, mientras esperaba a que el ascensor terminara de subir, arremangó su camisa hasta los codos y puso el saco pulcra mente doblado sobre su brazo, las puertas se abrieron y se encaminó a su oficina, saludando al personal a su paso.

—Buenos días Srta. Hanran, el señor Sesshomaru quiere que le envíe los informes de ganancias de la empresa a su oficina — Shippo como su secretario se asomó por la puerta de la oficina, trayendo nuevas órdenes de su jefe.

—Enseguida se los llevo y muchas gracias Shippo, puedes retirarte a almorzar—

—¿Me dejaria ir unos minutos antes?— preguntó esperanzado.

—Adelante — dijo sorbiendo su café matutino.

Tecleo un par de veces y mandó el reporte a imprimir, con sus brazos se impulsó con un empujón hacia atrás, la silla rotatoria dio una vuelta y le dejó enfrente de la impresora que estaba a unos metros del escritorio, cualquiera hubiera puesto la impresora a un lado de la computadora pero a ella le divertía como niña pequeña dar vueltas en la silla, puso el informe en un folder y se dispuso a ir a la oficina de su jefe.

Golpeó dos veces la puerta mientras tarareaba una canción esperando la aprobación para entrar.

—Adelante — esa fue la señal para abrir la puerta y cerrarla después de entrar.

—Buenos días señor... Y señor vicepresidente — añadió al reconocer la presencia del mencionado.

—Deja las formalidades Hanran, sabes que puedes llamarme Sesshomaru —

Héroes del Olímpo [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora