¿Que esta pasando?

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ALEX

73 pasos y 24 baldosas y media. Ya estoy frente a mi casa y se va haciendo tarde.  

Me quedo sentada en el patio de a atrás escuchando música hasta que oscurece. No hay nada importante que hacer hoy. 

Las horas pasan y veo como el día se hace noche. 

Mi mama tardara en llegar. Igual que siempre. 

Siento una bocina. Creo que hay un auto frente a mi casa. 

Me levanto y miro por la ventada de la cocina. 

Hay un auto negro muy elegante. No alcanzo a ver quién está conduciendo. De la parte trasera baja una mujer de pelo rubio. 

No se ve amigable. Y yo siempre tengo la razón con respecto a las personas. 

Apago las luces y hago como que nadie está en casa. Me escondo atrás de la puerta para que nadie me vea. 

Tocan 3 veces. 

Nadie responde. 

Tocan 3 veces más y ahora más fuerte. 

La mujer habla.  

-¿Hay alguien en casa?-pregunta con una voz más agradable de la que me imagine que tendría. 

No respondo. 

-Alexia ¿Podrías salir por favor?- 

Se sabe mi nombre. Lo dije, no me da buena espina. 

Me armo de valor abro la puerta. 

-¿Quién es usted? 

Había un hombre muy grande y alto a su lado. No lo vi salir del auto con ella. Seguramente salió al ver que yo no abría la puerta. Creo que no iban a aceptar que nadie atendiera. 

-Me llamo Violeta Scott. Tú eres Alexia ¿cierto? 

Asentí. 

-¿Puedo pasar? 

Mujer, 37 años. 

Soltera (hace mucho), trabajólica, ¿hace cuánto que no duerme? Tiene unas ojeras horribles. Y amiga, necesitas arreglar tu maquillaje. Seguramente trabaja con familiares. Está separada, se puede ver la marca del añillo en su dedo. ¿Hijos? No creo. Lo que si seguramente le ensañaron a tratar con niños. Se nota desde lejos que la voz de "chica agradable" es fingida. No quiero ni ver cuando se enoja. Las marcas en su cara indican que lo hace muy seguido. 

-No- le digo secamente. 

-Oh, bueno- hace un gesto y el tipo grande a sus espaldas se va y entra al auto- Podemos hablar aquí afuera entonces. 

No digo nada y espero a que siga hablando, al ver que no lo hace pregunto. 

-¿Cómo sabe mi nombre? 

-Lo que pasa Alexia es qu... 

La interrumpo. 

-Mi nombre es Alex 

-Oh, claro. Alex, lo que pasa es que hace tiempo que estábamos buscándote. 

-¿Para qué?-pregunte seria. 

-Por favor tómatelo con calma. Eres más especial de lo que crees. Perteneces a un grupo de experimentos que hemos hecho hace mucho tiempo. 

-¿Experimento? ¿De qué demonios está hablando?-¿Que tiene esta señora? ¿Demencia senil? 

-Tu ADN esta alterado. Puedes hacer más cosas de las que te imaginas. 

Me largue a reír. Esto es ridículo.  

-Si claro. Bueno, yo y mi ADN de fenómeno nos vamos ¿está bien? Adiós. 

Antes de poder cerrar la puerta la traba poniendo su zapato de tacón negro. 

Abre la puerta con más fuerza de la que espere que tendría. 

-No me estas entendiendo Alex. 

-Entiendo que debería llamar a la policía si no se va. 

-Déjame explicarte. Tú eres especial. Te hemos estado buscando por todo el país. Tenemos una inyección que te cambiara, para bien, por supuesto. Eres una de las personas que podría cambiar el futuro del país. Ven con migo y te mostrare las maravillas que puedes hacer. 

Definitivamente demencia senil. 

Esta señora me está asustando. Logro cerrar la puerta de un golpe y corro hacia el teléfono. 

-Oh, Alex. Me temo que tendrá que ser por las malas. 

El mundo se volvió loco. Ahora una anciana me quiere secuestrar. 

-¡Aléjate!- le grito-¡Estoy llamando a la policía! 

A mis espaldas siento que la puerta se abre. 

No alcanzo a reaccionar. 

Siento en mi cuello una inyección. No sé si es de lo que la señora estaba hablando. Siento que caigo al suelo y no puedo moverme. Me pesan los ojos y no escucho bien lo que pasa afuera.  

Me quedo dormida. Y no conozco el lugar en donde despierto.

Una nueva generacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora