Oscuridad Creciente
Era una noche lluviosa, y un hombre paseaba apaciblemente entre los bosques. Antes de marcharse, pudo notar entre un árbol de hojas verdes y uno de hojas rojas, una pequeña manta marrón, al acercarse y revisarla se llevó una curiosa sorpresa, pues dentro de la manta se encontraban dos bebés... extrañamente secos pues la manta estaba empapada.
Qué raro -dijo aquel hombre levantando a los niños-. ¿Hay alguien ahí? -preguntó mirando alrededor.
No obtuvo respuesta alguna y se quedó congelado por un momento pensando acerca de lo que debía hacer. Dos niños abandonados juntos... ¿hermanos quizá? aunque era muy poco probable; la niña tenía la piel clara y cabellos lisos color rojo fuego y el niño era de tez más oscura, con cabellos enmarañados color azul profundo. Era imposible que fueran hermanos. No había similitud alguna entre ellos, excepto por sus ojos, sus ojos eran del mismo color morado intenso y se iluminaban al ver al Sombrerero. Luego de pensar por varios minutos, el hombre decidió que no había mejor opción que llevar a los niños al castillo y pedir la opinión de la reina, pues su reina era sabia entre los sabios.
Una vez en el castillo, el hombre buscó a la reina Blanca... subió muchas escaleras y recorrió muchos pasillos rectos o curvos hasta llegar a los aposentos de la ya mencionada. Tocó las puertas del recinto.
¡Sombrerero! -exclamó la reina al verlo- ¿Qué haces aquí? No acostumbras a venir tan tarde, y en esta noche lluviosa supuse que estarías en algún bosque...
Bueno majestad... -respondió Sombrerero, algo apenado- la verdad es que encontré a estos bebés cuando me disponía a volver.
Cuando Blanca vió a los bebés sus ojos se iluminaron.
Pasa -dijo dulcemente.
¿Qué cree que debamos hacer con ellos? -preguntó Sombrerero.
Dices que los encontraste en el bosque -dijo Blanca-, y que no había nadie con ellos... -continuó con una curiosa sonrisa-. Si es así, yo creo que debemos buscarles un tutor.
¿Quien sería merecedor de tal honor? -preguntó Sombrerero, algo pensativo.
Creo que estoy viendo a la persona ideal -respondió Blanca mientras reía.
¡¿Yo?! -preguntó Sombrerero- No creo que eso sea buena idea -continuó-, el último ser vivo que cuidé fue su gato gordo, y ambos sabemos que no terminó bien.
Has cuidado de mi durante ciento trece años -espetó Blanca.
¡Me niego a cuidarlos! -exclamó Sombrerero.
Quien lo diría -dijo Blanca mientras se burlaba-, el grandísimo y poderosísimo Joker de Emnir tiene miedo de cuidar a dos bebés.
¿Miedo yo? -preguntó Sombrerero bastante indignado mientras movia sus brazos- ¡Que sin sentido!
Si no tienes miedo prueba que puedes cuidarlos -dijo Blanca.
¡Lo probaré! -exclamó Sombrerero.
Justo cuando Sombrerero lo exclamó, Blanca soltó una sonora y melódica carcajada. Sombrerero no entendió lo que sucedía durante un rato, pero después se dio cuenta de que había sido engañado, y que ahora era él el tutor y cuidador de los niños.
Sombrerero se quedó toda la madrugada observando a los niños y le pareció curioso que el niño solo lo obserbava a él, entre todas las cosas que había en la habitación, la niña por otra parte, miraba cada rincón de la habitación, como si estuviera inspeccionando el lugar.
Al día siguiente, antes del alba, la lluvia se detuvo, pero el amanecer nunca llegó, el cielo seguía tan oscuro como estuvo toda la noche, tanto que aún parecía de noche. En la muralla norte del castillo un par de caballeros debatían sobre temas varios, en su debate decidieron dar una vuelta a toda la muralla, y así poder pedir otras opiniones al resto de caballeros de guardia. Esta idea quedó opacada por el terror que sintieron cuando llegaron a la esquina noroeste del castillo.
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El Levantamiento de la Oscuridad
FantasyDespués de una época tranquila, la oscuridad atacó y dejó Emnir sumido en una lúgubre y triste era. ¿Serán Ten, Lux, Moira y sus amigos capaces de salvar su continente de la tiranía de la Reina Negra? Esta es una obra original hecha por mi donde uti...