Una niña proveniente de una casa adinerara francesa, su nombre era Elizabeth Bloodlust, todo era monótono y aburrido en su vida hasta el momento que atacada por un poderoso demonio que su madre, la condesa del lugar había conjurado para obtener vida eterna y poder sobre los mortales, en sacrificio había ofrecido la vida de su joven y bella hija, el demonio acepto el pacto, desnudo y preparo a su pequeña para derramar su sangre por poder, pero antes de que pudiera terminar con el ritual de sacrificio Laurent, el hijo mayor de la condesa, apareció con un extraño y antiguo artefacto, que hizo enfurecer al demonio o a la forma material de este, ambos mantuvieron un feroz combate en el que el joven hijo enterró el artefacto con forma de daga aparentemente hecha de oro en el cráneo de la bestia haciéndola agonizar hasta que se deshizo entre carne y huesos pero para el joven era tarde pues las garras de la bestia habían arrancado órganos importantes para su vida.
La pequeña Elizabeth que no era muy cercana o afecta a su hermano corrió para ver que estuviera ver pero al verlo bañado en sangre se horrorizo y derramo las primeras lagrimas que había dejado caer por alguien, hasta ese momento ella había aceptado ser el sacrificio por el bien de la familia, era lo que su madre esperaba de ella.
-¿estás bien Eli...?-susurraba preocupado mientras la sangre caía por su mentón y sin fuerzas para moverse- Por un momento creí que...llegaría tarde...pero estas a salvo ahora...
Lentamente y con sus últimos suspiros de vida levanto su mano y acaricio la mejilla de la niña antes de caer abatido por la falta de sangre, Elizabeth que jamás había visto sangre o violencia estaba se encontraba en shock, paralizada, ni siquiera pestañeaba solo fluían las lágrimas sin parar mientras oía un ruido detrás suyo.
-Muchachos insolentes...lo arruinaron todo, tendré que volver a comenzar, creí que tu hermano era un incompetente sin futuro y no estaba equivocada pero tú, tu aun puedes alimentar el ritual...
Su madre solía alardear frente a la corte del talento de Laurent en la escuela y sus estudios, era su orgullo pero ahora parecía solo ser una herramienta desechada, una que había sacrificado su vida para nada si su madre lograba su cometido, en un segundo impulsivamente le arranco de las manos el artefacto al cadáver de su hermano, su madre ya estaba bastante cerca detrás suyo pero Elizabeth envuelta en rabia y un odio profundo se arrojó contra su madre tirándola al suelo intentando enterrar aquella filosa punta en su maligno cuerpo una y otra vez, parecía un animal rabioso. La condesa no era una mujer común, era una cultista adoradora de fuerzas infernales así que sujeto a la niña por las dos manos y la arrojo con fuerza contra la pared.
Elizabeth sabía que esa criatura que llamaban madre jamás les había amado pero nunca imagino un final tan cruel, apenas y podía mantener la conciencia, los ojos le costaba abrirlos bajo los restos de madera destrozada, sentida el dolor en todos sus huesos y los pasos lentamente acercándose mientras una risa se escuchaba de fondo, algo la tomo por el hombro encajando sus garras en su piel con tal fuerza que podía sentir como llegaba a sus huesos y la levanto arrancándola de los escombros con una facilidad horripilante, pero la niña no se movía, era peso muerto para aquella criatura que se llamaba su madre, al girar un poco fue que se dio cuenta de su error, la niña fingía estar inconsciente pero ya era demasiado tarde, con esa mirada tan llena de odio y dolor con su otra mano incrusto el artefacto punzante en su costado, una y otra vez, la condesa apretó con aun más fuerza su hombro casi separando su hueso del brazo provocándole un dolor incomparable pero eso solo la hacía enfurecer más, ambas cayeron al suelo y la condesa golpeaba y arañaba una y otra vez a la niña con su fuerza sobre natural tratando de detenerla o matarla pero cada que la sujetaba se zafaba por la cantidad de sangre que tenía en los brazos, apuñalo su pecho una y otra vez con toda su fuerza, destrozo su rostro con las puñaladas y la ataco con todo su odio por horas, cuando su cuerpo no pudo mover más sus brazos por el cansancio comenzó a llorar descontrolada mente y gritar hasta quedar inconsciente.
Varios seres perceptivos a la magia y la energía sintieron el poder del ritual pero ninguno se atrevió a acercarse más que uno de ellos, el duque Delindure se encontraba en aquella ocasión visitando a un amigo cerca de los terrenos de la condesa cuando sintió que su instinto de alejarse de ahí se activaba, pero contrario a ello y movido por la curiosidad se acercó a observar quien sería tan imprudente de liberar semejante poder cuando cualquiera podía ir a cazarle, al llegar al lugar todo estaba apagado, la servidumbre había escapado al oír los gritos y sin duda ese lugar estaría rodeado de policía y chismosos en algunos minutos.
Entro a la casa precavidamente y llego al punto más alto de está viendo la horrible escena, un poderoso e impresionante círculo infernal dibujado en el suelo, en la pared el cadáver de un joven, una pared destrozada con una fuerza sorprendente hasta para alguien como él y en el suelo dos cadáveres mas, uno sobre el otro, parecía ser una niña y su madre pero cuando se acercó y vio el diabólico y deformado rostro de la criatura comenzó a comprender que había ocurrido, la niña y el joven habían sido víctimas de un ritual fallido, sintió una profunda lastima por los jóvenes que habían perdido su vida sin sentido alguno y se preparó para dejar el lugar cuando escucho desde aquel cuerpo inerte que se movía, se acercó y se percató que evidentemente la niña seguía con vida apenas.
Tenía varios huesos rotos, órganos internos dañados, varias horas de desangre y sostenía con tanta fuerza un artefacto en su mano que se había lastimado la mano entera, cualquier mortal con esas heridas hubiera muerto hace tiempo pero ella se aferraba con tanta voluntad a la vida que le conmovió, el duque no tenía herederos ni vástagos propios más allá de los ghoul, la levanto y la saco de aquel lugar
-resiste solo un poco más, luchaste valientemente, morirás hoy pero no desaparecerás.
Escuchaba entre la oscuridad la joven mientras se aferraba a no dejar de respirar.
Ya en un sitio seguro el duque la abrazo y le dio el donde de la inmortalidad, por dos meses ella no dijo una sola palabra y él tenía que darle de comer forzosamente, con el tiempo ella estudio lo que él tenía que enseñarle sobre los muertos y los vivos y donde estaban ellos situados, sobre que peligros enfrentaban, por siglos fueron solo ellos dos como padre e hija, ella jamás volvió a sonreír ni actuar egoístamente hasta un día bastante lejano.
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Lazos de sangre (ritual vampirico)
FantasyElizabeth "bloodlust" Victima del poder de una terrible madre, y con una enorme deuda de pagar a su hermano se abre paso entre un nuevo y difícil mundo donde todos desean eliminarla y a lo único que le queda. Alexandros Dreadkai: Un cazador de vampi...